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Sanción.

—Estamos suspendidos—. Actuaron sorprendidos pero ellos ya lo sabían. 

Kawaki se los contó antes. Además esa era una acción que podían tomar en contra el equipo por la fricción de sus integrantes, que estos fueran a una misión de gran nivel con esta falta de trabajo de equipo y compenetración era una riesgo imprudente e innecesario.

Un líder atento y sensato habría tomado esa decisión. 

No esperaban menos del séptimo, pensaron sin sentirse ofendidos. Al menos la mayoría de ellos.

—Bueno ¡Esto apesta!— Kawaki soltó las palabras en frente de la servidora que daba las misiones. —Igual será para mejor. 

Mitsuki y Sarada asintieron. Será para mejor, pensaron con optimismo. La señorita Suika suspiró pesadamente, el equipo siete siempre le dio problemas a la hora de tomar sus misiones y aún de adultos lo siguen haciendo, les dio los detalles de las misiones a los chicos. La pareja irían esta vez, aunque eran por mucho los que menos objeciones ponían a la hora de recibir ordenes e indicaciones, estos dos eran los que leían más rápido las sutilezas de las misiones y no hacían cosas innecesarias durante su trabajo. Eran más que detallados y diligentes al entregar los detalles de las misiones.

Los despidió confiando tranquilamente que volverían tan pronto pudieran. 

Ambos se encontraban en condiciones y en forma para iniciar desde ya la misión. 

—¿Te importa si tomo un desvió y nos encontramos después?— Preguntó Mitsuki antes de que salieran de la aldea.

—Espera ¿Qué?—. No le importaba realmente, Mitsuki era rápido, no le costaría reintegrarse. 

—Pasaré a ver a mi padre— no quería alargar para dar una explicación más detallada. Al final podía resultar una tormenta en un vaso de agua. 

Sarada se cruzó de brazos, con todo ya le estaba diciendo que no. No lo iba a dejar solo, también iría y terminaría enterándose de todas formas. 

No quería ceder, pero tampoco quería discutir. —Volveré pronto, no se trata de nada serio— sonrió tratando que brindarle confianza a sus propias palabras. 

Ella se frunció más al observarlo y alzó la mano para jalarle la oreja —¿A quién crees que puedes engañar con esa sonrisa? Descarado. Se perfectamente cuando mientes. 

En vez de convencerla hizo todo lo contrario, se largo a reír. —Me atrapaste— no podía ocultarle nada. —De todas formas no creo que sea nada serio. 

Justo en ese momento que Sarada le iba a decir que estaba bien, solo esperaría afuera y que no le haría preguntas al respecto, llegando a un punto medio apareció Boruto. El rubio aterrizó en medio de los dos, ya que ambos tomaron distancia al sentir el chakra ajeno. 

Mitsuki lo fulminó con la mirada, estaba al tanto de la prohibición de Boruto en un perímetro a la propiedad de los Uchiha por agredir a la única heredera del clan Uchiha. Lo que lo volvía una ofensa de peso, aunque nadie esperaría que este se le volviera acercar a Sarada, menos con la sanción al equipo siete, estaba más que claro ahondar en explicaciones. —¿Qué haces aquí?

El rubio se dirigió directamente a Sarada. Extendiendo las manos, en su mente no cabía una explicación para lo siguiente —¡Sarada! ¡Ayúdame a convencer a mi papá para levantar la suspensión del equipo siete!— ¿Qué otra cosa podría querer? Por supuesto su ayuda y evadir la responsabilidad de sus actos.

Sarada se golpeó el rostro molesta —¡Esta es una maldita broma!

Mitsuki lo tomo del hombro —retírate Boruto. No es el momento—. Sarada ya estaba molesta, era una pésima idea tentar a la suerte en este momento. —Por tu bien, sal de aquí antes que lo empeores todo.

Mi segunda opción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora