Capitulo: Pareja insufrible.
—Deme dos sacos de arroz— pidió Sarada.
El hombre la miró extrañado, creyó ver un hombre pero no, era una hermosa mujer que lo miraba hacía abajo, porque ella era mucho más alta que él.
Ella se había hecho con el dinero de Mitsuki, después de dejarlo durmiendo como una piedra y salio temprano, uso el kimono que compró ante en el festival. Su ropa al parecer era mal vista, y aunque su intención no era llamar la atención, todo el mundo se detenía para verla.
—¿Piensas llevarlo sola?
Ella bufó, que era esa actitud. Soy un cliente, atiéndeme bien —ves a alguien más— el hombre la vio más irrespetuoso cada vez. —Bien, compraré en otro lugar.
—No, espera— la tomo su brazo pero Sarada le dio un manotón en el acto. La mano del hombre quedó enrojecida y entumecida.
—No vuelvas a tocarme.
La presión que ejercía Sarada fue demasiado para el sujeto que se desplomó, ella se sacudió molesta, porque la gente era tan débil. Esto no había sido nada, rodó los ojos y fue a comprar en otro lado. En otro lugar le ofrecieron el servicio de una carreta pero ella declinó y tomo los sacos con suma facilidad, aunque necesitaba más cosas.
Este vendedor era más audaz, a pesar que ella tomo los sacos como si nada, insistió —lo dejaremos en su casa y podrá seguir comprando.
No había que pensarlo demasiado tampoco. —Tienes razón—. El hombre trató de ocultar la incomodidad que le producía que esta mujer le hablará de igual a igual. —¿Qué más tienes? Es un problema ir y venir para hacer algo de comida.
—Usted lleva arroz, soya, azúcar, soja, harina de trigo— llevaba bastante, era una muy buena compra de por si, por eso no le molesto que ella se comportara como si fuese de la realeza.
Recordó que Indra quería comer ochiruko, lo meditó. Lo merece o no lo merece —¿Anko?— el hombre asintió —vegetales, dame una buena caja de vegetales surtidos y anko. Sabes donde venden un buen té.
El vendedor le indicó donde estaba una buena tienda de té y dulces. Sarada les dio las indicaciones de en donde vivía para que fuesen a dejarlo. Les advirtió desde el comienzo —no es muy cerca por lo que deberías cobrar un costo extra.
—No se preocupe señorita, lo llevaremos seguro sin costo alguno.
—Tengan cuidado, hay alguien en casa— dijo agitando la mano, iba a esa casa del té.
Sus palabras hicieron creer que en su casa había algo valioso, los hombres se miraron, o la mujer vivía sola, lo que era aún mejor. Una mujer así de hermosa viviendo sola en medio de la nada, necesitaba un hombre fuerte que la defendiera. Se apresuraron en dejar el pedido a su casa. Sarada fue hasta el puesto de té, tomo asiento y escucho la voz del dueño gritando que ya venía. —Enseguida voy.
Miro el lugar, no eran los puestos Konoha pero era muy agradable.
Un sujeto salió con una sonrisa de servicio en su rostro hasta que la vio, alta, de cabello negro y largo, parece una princesa y al pedir, una fuerte voz grave, ella era la mujer del cartel de "se busca". —Usted...
—Va a tomar mi orden— Sarada lo miró extrañada. —Deme una taza de té y unos dangos— espero a que el tipo se recompusiera y comenzara a darle lo que le pidió.
El músico itinerante no estaba loco, una mujer como ella existía, no eran los sueños de un hombre que cayó en una trampa de amor. Bueno, tal vez si, pero su sueño era una realidad con pies, manos y una boca, que estaba allí probando su té con rostro solemne.
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Mi segunda opción.
FanfictionEquipo Siete, grandes amigos desde la academia ninja. Después de crecer Sarada y Boruto comenzaron su noviazgo, todo bien hasta que las cosas entre ellos se estrellaron como despegaron sus sentimientos. El equipo se fracturó irremediablemente y Boru...