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Tan pronto como Kawaki y Himawari vieron a Naruto caerse del balcón descubrieron que las circunstancias eran aun más incomodas para ellos de lo que se veían a simple vista. Todos allí habían escuchado y prestado atención.

Mudaron su conversación al interior de la casa más por obligación que por voluntad. 

Sarada se levantó de la cama ya que ella quería saber que demonios había ocurrido y que es lo que pasaría. Con Tensei en sus brazos se dirigió a la primera planta. Sakura bajo primero para ayudar a su amigo por lo que cuando estuvieron abajo encontraron al séptimo en calzoncillos mirando sus pantalones rotos.

Tenía una sonrisa boba —terminaron partiéndose con la caída. 

Sakura le entregó el trozo que quedó en sus manos, ella con su barriga mucho no iba a poder hacer tampoco. Hima corrió por un juego de pantalones de Kawaki para su padre cubriera sus vergüenzas. 

—Ten papá—, Naruto estaba preguntándose ¿Cómo es que no notó que sus hijos se gustaban hasta ahora? como si fuera poco su princesa sentía tanta confianza que iba y tomaba un par de pantalones de Kawaki como si nada, sabía donde los guardaba y ni se los pidió. A Hinata le tomó años de confianza llegar a ese nivel. 

La realidad lo golpeó brutalmente.

El rubio se sintió viejo y derrotado, tal vez se estaba haciendo mayor y poco perpicaz. Comenzó a lamentarse mientras se vestía en frente de todos. 

—No te sientas mal Naruto, siempre fuiste un poco lento— lo consoló Sakura. 

Eso no lo hizo sentir mejor. Se miró los pantalones flojos por todos lados, incluso le quedaban largo eso no le ayudó a sobrellevar el momento. Los chicos en esta generación eran un poco más grandes que en la suya, bueno al menos Boruto no era muy alto debido a Hinata que era bajita. 

Sarada se sentó ayudada por Mitsuki que la cubrió con cojines y una manta, la Uchiha notó como Naruto buscaba sostener esos pantalones con una expresión decepcionante. No era difícil darse cuenta ya que Kawaki le sacaba como diez centimetros de altura y de todos lados en proporción a Naruto. Ella le sacó el cinturón a Mitsuki. 

Naruto seguía peleándose con el pantalón hasta que el albino le dio su cinturón. —¿Eh, no lo necesitas?— Iba a arreglárselas con un cordón o con lo que le quedaba de su cinturón roto. 

—No se preocupe, yo tengo con llenar mis pantalones. 

Inojin se rio —dijo el más humilde. 

Sarada jaló a Mitsuki y lo sentó a su lado —no molestes al séptimo—, Tensei migro de sus brazos a los hombros de Mitsuki. 

Kawaki por su lado estaba muy nervioso esperando que su padre le dijese lo sumamente decepcionado que estaba de él por coquetear con su hija y enamorarla. Esto era lo que quería evitar a toda costa hasta ahora gran parte de su decisión por reprimirse fue decepcionar a sus padres. Por su parte Himawari se puso de pie delante de él y miró a su padre con mucha determinación, ella no iba a ceder en nada a su lado estaba el hombre que amaba y frente a ella no amado padre. 

En cuanto Naruto los vio ella le exigió sin demora. —¡Papá danos tu bendición para salir!— Esta solicitud lo arreglaba todo. 

El moreno de cabello bicolor aclaró su mente, ¡Eso es!, necesitaban la aprobación. Y si era Hima quien lo pedía las chances de éxito se elevaban. 

El silencio impactante no se pudo apreciar con claridad porque Chou se sentó al lado de la pareja con unas gafas oscuras y una cuenco con palomitas saladas que compartió con todos sus amigos, este evento hermoso de romance, ella tuvo la fortuna de toparse con él. Chou se sintió agradecida con la vida, agradecida con su fortuna. 

Mi segunda opción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora