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Conversación ajena.

Los tres amigos fueron a jugar a un pequeño cuerpo de agua cerca de la aldea para hablar del singular encuentro con esas extrañas personas, en lo que encontraban algo más que les llamará la atención. Se habían saltado las clases en la academia ninja y tenían que pasar desapercibidos.

Tsunade se miró así misma antes de exclamar —me gustaria ser como al hermana Sarada al crecer— tenía altas expectativas de ser una mujer de considerable belleza una vez hubiese crecido. 

Cuando ella nombró a Sarada alguien que dormía en la sombra de una árbol cercano despertó abruptamente. 

Orochimaru tenía solo los pies metidos en el agua, estaba pensando en lo último que le dijo Mitsuki, fue un acertijo raro. Habló con tanta certeza que lo dejó muy confundido y ello lo mantenía lejos de la conversación de sus dos compañeros. Jiraiya comenzó a ensalzar la belleza de Sarada y lo genial que sería crecer para ser una adulto como el albino. A traería a tantas chicas de ser así. —¿Crees qué sea alguna hija del clan Uchiha? Realmente tenía todos los rasgos de alguien de esa familia.

Tsunade puso los ojos en linea chapoteando más agua. —Eso me pareció pero ella era una persona muy amable y carismatica como para pertenecer a esos imbéciles sombrios. Ese clan no me agrada. Sarada era agradable y fácil de tratar, ella pudo ignorarnos pero decidió ayudarnos en el mercado— suspiro en oposición. Su familia no se llevaba bien con los Uchiha, la gran mayoria tenía solo comentarios negativos acerca de ellos. Entre ellos incluso de detestaban.

Jiraiya se picó la mejilla, volteó para ver perdido en sus pensamientos a su amigo introvertido. —¡Hey, es una verdadera lástima que no fuese tu padre!—. Pensó que se encontraba deprimido por esa razón. —¡Realmente ustedes tienen el mismo rostro!

El niño serpiente alzó la cara de su reflejo del agua para refutar —él unico que creyó que se trataba de mi pariente fuiste tú. 

Tsunade ladeó su cabeza, a ella le pareció verlo un poco triste cuando le dijeron que no lo era aunque también pudo ser solo su impresión. —Yo creo que es demasiado parecido además usaba serpientes como tu tecnica de invocación, Orochi. Esas son muchas conhincidencias. 

Sin que los tres niños pudiesen sentirlo antes un adulto se les acercó para preguntarles con una sonrisa en el rostro. —¿Conocieron a Sarada Uchiha y su acompañante "odioso"?—. El grupo de niños se crispó cuando lo vieron allí. 

¡Ese sujeto no debía de estar ahí!


Fue una acción muy suave y pudo pasar desapercibido si es que Sarada hubiese estado un poco más dormida. Ella se desesperezó metida en medio de esos brazos blancos impolutos que la sostenían como una red de seguridad. 

—¿Mitsuki?— le llamó. Él sujetó su mano mientras levantaba su cara de su cabello. —Pensaba que se siente bien estar por fin en la aldea. 

—¿Aunque no sea "nuestra aldea"?— Estaban en Konoha pero no la Konoha que conocían.

Sarada asintió. En esta época la aldea no era pacífica tampoco, se encontraba constantemente en conflictos con otras aldeas, pequeños y grandes refriegas hasta aumentar para alguna eventual guerra. —¿Quieres ir a investigar un poco antes de irnos?

Mitsuki volvió a meter su nariz en el cabello desordenado de Sarada, a él le bastaba con quedarse así. —Compraré unos libros.  

—¿Y si nos encontramos con tu padre?— Ahora le preocupaba. Pensar que cuando lo vio en la calle no lo reconoció, fue increible cuando el niño se le presentó. Se trataba de un buen niño y uno muy tierno y bonito ¿Quién lo diría? Que crecería para verse como un tipo aterrador y siniestro, aunque en su linea de tiempo no parecía tan peligroso. 

Mi segunda opción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora