38

79 11 6
                                    

Hablando con confianza.

Su mejor amiga la abrazó con mucha fuerza y sujetó su mano sin dejarla ir por mucho tiempo, estaba demostrando lo mucho que la extrañó. Sarada la abrazó y se sentó a su lado. 

Miró como Mitsuki se fue y Shikadai corrió tras él. 

Inojin se sentó a la brevedad a su lado, la observaba con atención. Sarada lo vio —¿Qué miras?

El rubio pálido murmuró —no se ve, ni se nota. 

En pocas palabras si no se hubiera enterado por boca de Mitsuki, no tendría como saber. Le resultaba muy increible. 

La cara de Sarada se frunció —ah, eso. Necesito que no lo menciones— se volteó con Chou que estaba ofreciendo unas papas. —Chou, vamos tengo algo que contarte pero no aquí. 

Las dos chicas se fueron de allí tomadas de las manos en busca de un lugar donde ir a pláticar tranqulamente sin ser interrumpidas. Por suerte tiendas pequeñas como puestos de comida rápida estaban abarrotados en las calles no afectadas por la destrucción. 

Compraron unos conos de helados y encontraron un lugar tranquilo donde tomar sombra. Chou la miró con ojos de damisela soñadora —¿Dime dónde fuiste? ¿Conociste a alguien guapo? ¿Tuviste una cita? Dime, dime no quiero que te saltes los detalles. Cuentame con todo y que no te de pena. 

Sarada estiró sus piernas ya que había tanto que contar por lo que no sabía por donde empezar. —Bueno, me fui a atrapar esos peligrosos criminales con Mitsuki— le guiñó el ojo a su amiga. Chou se emocionó desde el ya. —Viajamos como si estuviesemos en una misión comenzamos a tener estos "acercamientos" un poco cercanos... —Chouchou comenzó a sacudirla emocionada.

Recordó estar empapados en la cueva frente al fuego, el andar tomados de la mano porque nadie estaba mirando. Todo eso calentó su corazón ys sus mejillas. 

—¡Bien, bien felicidades! ¡Ya era hora!— La morena de cabello cobrizo dio un salto y celebró como si se tratara de tremendo triunfo —¿Lo besaste ya?— Ella sabía que su amiga era de esas que iban paso a paso en una relación, un mes para conocerse solo tomandose la manito, otro mes para entrar más en confianza y otro mes para empezar a besarse como niños de preescolar. 

Supuso que Sarada estuvo fuera sola tres meses de paseo con el sensual y atractivo albino en tierras lejanas muy lejanas. Esperaba que hubieran llegado a la parada del "toqueteo" pero no tenía tantas expectativas.

¿Qué cosa podía ser mejor que eso? Ser puesta a cuidar al albino en su propia casa durante dos semanas. Chou estaba completamente segura que Sarada a la fecha se hallaba bendecida por todos lados. 

La morena mordió sus labios con una expresión de satisfacción, ella no podría con tanta tentación a la mano. 

Sarada se rio como si fuese una canción de ascensor, suave y sin interrupción. —¿Yo, besarlo?— Ahora como le digo a Chou que ya me lo cogí y estoy embarazada porque no tengo autocontrol, ese hombre me pone loca cada que me mira y es un condenado pecado que se quite tan solo un poquito de ropa. —¿Por qué crees lo besé? 

—¿No? ¿Todavía no lo has hecho?— Chou casi gritó de frustración. Su amiga estaba peor de lo que ella creía. 

—Sip, ya lo hice— lució timida. Sus ojos negros miraron sus pies mientras pestañeó rapidamente —lo he besado por todos lados. Sin alardear. 

Chou devoró lo que le quedaba de helado y sonrió llena de gusto y tomó en sus brazos a Sarada y la alzó. —¿Ya estan saliendo oficialmente?

—Si— Se comió sus labios quedando en silencio. 

Mi segunda opción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora