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El espantaviejas.

La Uchiha se levantó primero cabeceando y bostezando, arregló su bata y fue en busca del baño, le echó un vistazo a Mitsuki que seguía en el séptimo sueño duermiendo como si estuviese vivo, ella cerró con cuidado la puerta tras ella para no despertarlo. 

Su chakra ya estaba en condiciones para viajar nuevamente pero la verdad que estaban pasando un buen tiempo en esta época. Madara por extraño que les resultase, fue bastante interesante compartir con él. Era un buen anfitrion y parecía alguien muy calido también. 

Se estaba convenciendo de que era una persona incomprendida solamente. La imagen de como se comportaba Madara con ellos se contradecía con lo terrible que habló la gente de Madara en su tiempo, ¿Es o no realmente un villano?

Al salir del baño se lo encontró, este ya estaba en pie, ella agitó su mano un poco adormilada todavía. 

—¿Qué haces en pie? Ve a descansar, se supone que estas de vacaciones—. También era alguien que decía lo que pensaba sin filtros y sin ningún rastro de modestia. 

—Voy, voy no gruñas pareces un animal— Sarada le rezongó para que no la regañara. Subió las escaleras y mientras lo hacía este rugió simulando el rugido de un león lo que provocó una risotada a Sarada, también carecia de verguenza quizas por eso se llevaba bien con Mitsuki. 

Sarada volvió a meterse en la cama, Mitsuki se volteó y la abrazo en cuanto estuvo de regreso. Dormitaron por un tiempo ya que por mucho que quisiesen holgazanear en sus cuerpos tenía grabado con fuego sus rutinas de entrenamientos, asi que usaban ese tiempo para hablar en privado entre ellos, hacerse mimos y cariño. 

Al vestirse Sarada siempre evaluada a Mitsuki, ella ponia un gesto pensativo y lo miraba fijamente. El albino se quedaba quieto esperando que le dijese algo pero ella solo suspiraba y luego agitaba la cabeza, como estaba haciendo justo ahora. 

—¿Qué sucede?— Preguntó cuando se vistió.

—No es nada— Sarada ordenó su cabello.

Mitsuki estrechó los ojos, se miró así mismo pero no encontraba el problema. Se colocó el kimono prestado, le quedaba un poco holgado pero no era una buena faja y un cinturon no corrigiesen. 

Bajaron juntos y encontraron al lider del clan sentado en la mesa esperándolo con una taza de té a su lado para desayunar. Cabe destacar que él habia comenzado su día hace mucho pero se daba el tiempo e interrumpia su rutina para pasar tiempo con la pareja. 

—Buenos dias— Mitsuki dijo antes de sentarse. 

—Buenos dias— Madara dejó los pergaminos que estaba leyendo a un lado. —Esos niños vinieron otra vez preguntaron por ustedes, les dije que habían salido a una cita asi que se fueron. Seguro vuelven por la tarde. 

Sarada sonrió es extraño compartir con ellos, Mitsuki asintió aunque uno de ellos se tratara de su padre, era raro tratar con el de niño.   

Comieron en paz, hasta que alguien vino a pedir ayuda a Madara. Sarada iba a levantarse pero Mitsuki sujeto su mano. —Aun no eres lider del clan. 

Ella se rio —no me vendría mal aprender un poco. 

—No manejaras un clan muy extendido en mi opinión a menos que tu padre se anime y engendre un par de niños, solo debes preocuparte de aprender a ser un buen Kage. 

Hablar repentinamente de un hermano por muy lejano e improbable mejoró su humor —¡Oh, te lo imaginas! ¡Seria increible!

—Para ello tu padre deberia dejar de ser mezquino ¿No crees?— Mitsuki se echó un poco de tortilla a la boca Sarada le dio un golpe en el hombro. 

Mi segunda opción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora