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Objetivo.

Al final del festival fueron a devolver los kimonos pero Mitsuki se empecino en comprarlos, él definitivamente quería guardar estos kimonos.

—Mitsuki, déjalo— le aconsejó Sarada. Ya que era un negocio de arriendo, no de compra. 

Dada la insistencia del albino, las propietarias cedieron y les dieron la boleta con el precio de los conjuntos, lo cual pago cómodamente. Sarada no entendía que quería hacer con ellos pero ya lo había conseguido, se salió con la suya, la Uchiha se largo a reír al ver la sonrisa de complacido, no es que fuese insistente, era muy bueno para negociar. 

—Serías un excelente empresario—le dijo con sus manos detrás de su espalda. 

Lo soy, de hecho. Mitsuki se rió —son un recuerdo los guardaré bien. 

—Eres muy tierno— se le salió a Sarada, se tapó la boca al decirlo. 

Caminaron lentamente buscando una posada cuando Sarada vio de perfil al segundo objetivo, el ninja desertor con la técnica peligrosa, su mirada se afilo y con el sharingan activado Mitsuki reaccionó, los dos ninjas se movieron velozmente para darle persecución, el objetivo trepo moviéndose entre las personas que iban en sentido contrario, intentaba perderlos, sin embargo la velocidad de los chicos no se lo permitió. 

Sarada con su sharingan completo de tres aspas, no dejo que le sujeto se camuflara entre la multitud y Mitsuki lo llevo a un lugar lejos de la aldea, ambos hicieron un excelente trabajo sacándolo para poder capturarlo. 

Ellos antes ya habían hablado acerca de como lidiar con su técnica, el plan era simple, solo debían ser más rápidos que él. Si no lo dejas hacer la técnica, no hay técnica de espacio temporal con la cual lidiar. Lo otro era contar con una técnica igual o similar con la cual contrarrestar, sin embargo Sarada no había obtenido el Rinnegan, porque su sharingan no estaba a la altura para cambiarlo por un Rinnegan. 

En otras palabras su técnica ocular era muy deficiente, más de lo que ella quisiera. 

Años atrás, cuando solo tenía quince años le pregunto a su padre el porque había tan poca información y también porque él era tan renuente a hablar de ello, ella no quería juzgarlo solo quería saber como alcanzar el dominio de su técnica ocular como él. En ese entonces su padre le explico cual era la forma de hacer evolucionar el sharingan, algo que ella no entendía hasta ese momento. 

—Debes sufrir, Sarada—. Las palabras de su padre fueron pesadas y severamente tristes. —No cualquier sufrimiento, algo muy doloroso, algo que te impulse, que te cambia, o que amenace con ideas absurdas hacia a la muerte. La perdida de un ser querido, una amistad, un amor.

Le contó que su sharingan evolucionó un total de cinco veces. Sarada quedó atónita, su padre debió pasar cinco veces por ese tipo de sufrimiento. Volviendo a la actualidad, ella que había botado a Boruto, su amor y sintió gran dolor, ella no evolucionó su técnica ocular, en tal caso entrenar para conseguir el Rinnegan en este momento no era algo que estaba dispuesta a afrontar, aunque fuese por poder.

Sus padres tampoco estaban dispuestos a que esto sucediera. Aunque Sasuke Uchiha le había dejado la ventana abierta, en el caso hipotético que ella llegará al Mangekyo sharingan, él la ayudaría con su donante, para que evolucionará al Mangekyo sharingan eterno. Y hacia no sufriría la perdida de visión. 

Carecía de un hermano para donarle pero su padre era alguien igualmente seguro para ello. 

Ninguna de esas condiciones eran posibles ahora. Por lo mismo debía de asegurarse de ser mucho más rápida que el sello de ese jutsu. A su vez Mitsuki tenía una alta gama de técnicas, no era coleccionista como su padre pero si un guardián protector y requería todo tipo de forma y técnicas para poder proteger lo preciado para él, su única voluntad era cuidar a sus personas. 

Mi segunda opción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora