Tiempos de calma.
Sujetar sus manos con las suyas, sentir su aroma, la suavidad de sus palabras graves.
—Mitsuki— sus ojos se humedecieron. No veía ni una mierda claramente pero ese color de cabello era de él. Esta suavidad en el pelo, rebelde y rizado.
El chico se postro a sus pies escondiendo su cara en sus piernas, su pecho estaba desbocado, todo su cansancio, todo el hambre y los por menores se desvanecieron con su sola presencia. La larga espera y búsqueda concluía hoy.
—He estado buscando por todos lados— le dijo aferrándose a su agarre, su tacto, era todo lo que necesitaba ahora. Por fin estaban juntos.
Sarada le abrazo, sintió que este estaba más delgado de lo que en verdad era —¡¿Qué demonios has estado comiendo?!— Gritó espantada. Lo obligó a levantarse, él albino botó sus zapatos. Quedaba algo de los encurtidos, guiso y arroz, lo sujetó fuerte sin querer separarse más de él. —Comerás.
Mitsuki se le quedó viendo a sus ojos, esos cálidos ojos negros que todo lo ven estaban nubosos. —¿Estas viendo mal? ¿Desde cuándo?
—Comerás antes de examinarme—. Lo vio tomar asiento obediente y comer rápido, ella le bajo el tazón de arroz. —Despacio.
Solo porque estaba con Sarada esto se sintió como la mejor comida que había probado en un buen tiempo. —¿Cuándo llegaste?— preguntó.
—Unas semanas, no fue tanto. Tú ¿Cuándo llegaste?— Su apariencia estaba maltratada, debía ser un buen tiempo, sus palabras no concordaban.
—No mucho, tampoco—. Sarada no quería discutir, solo entrelazo sus dedos con los suyos. Desde ahora no soltaría esta mano.
El castaño se había sentado en el pórtico, se giró molesto por la mentira, era un descarado. Mentir de esa manera, aunque a Sarada no parecía molestarle.
La Uchiha acunó su rostro en su mano —pensé que no volvería a verte ¿Cómo es que también estas aquí? ¿Llegaste solo?
—Obligue al asesino que me arrojará también. Antes deje una nota a tus padres para que no te creyeran muerta y que no se preocuparan demás. Kawaki o Boruto lo encontraran cuando vayan por la última ubicación de mi celular—. Sarada asintió, con que todo eso ocurrió. —¿De quién son estos pantalones?— Tenía esa sonrisa en la cara.
Sarada frunció el ceño. Indra estaba observándolos, el carácter de Sarada era más dulce y armónico con este sujeto. —¿Por qué estas molesto?—. Indra frunció el ceño, molesto estaba sonriendo.
Mitsuki miró con esa mirada penetrante al castaño. No había otra respuesta.
—Son míos, su ropa es inapropiada en esta tierra. Estará bien de donde vienen pero las cosas son diferentes acá.
Nada más al terminar de ponerse al corriente, Mitsuki uso sus habilidades para ayudar con la recuperación de la vista de Sarada, se ayudo de las herramientas ninjas que tenía en su poder. Sarada sonrió fascinada por ver cosas de su época, Mitsuki había llegado completamente equipado y al parecer no tuvo oportunidad de ocupar nada de ello, lo que la tranquilizaba.
La vista borrosa de Sarada mejoró bastante.
—Estoy viendo mejor— le dijo pero el albino estaba estudiando con cuidado.
—No tienes daño permanente— le molestaba que a tan temprana edad ya tuviera disminución de la visión. Sasuke no estaba en esta época para que hicieran el trasplante. —¿Desde cuándo tienes este síntoma?— Esto podía ser urgente.
ESTÁS LEYENDO
Mi segunda opción.
FanfictionEquipo Siete, grandes amigos desde la academia ninja. Después de crecer Sarada y Boruto comenzaron su noviazgo, todo bien hasta que las cosas entre ellos se estrellaron como despegaron sus sentimientos. El equipo se fracturó irremediablemente y Boru...