Desastre.
El Uchiha preparó el viaje para ir directamente dos meses despues de ellos partieron, lo que le pareció muy razonable. Todo para que no pareciera tan raro ver a Sakura de cuatro meses de gestación.
El gran problema fue que llegaron afuera de la casa familiar de los Uchiha para encontrar la aldea de Konoha en completa ruina, Sakura abrió sus enormes jades impresionada por el daño de desastre por todos lados. Sus pies tambalearon con el resonar de la tierra y fuertes impaacto que venían desde el origen de toda la calamidad desatada.
Ella se cubrió la boca con sus manos. Sasuke habría ido de inmediato pero Sarada y Sakura debian de salir de allí porque ninguna de las dos estaba en condiciones de tener una batalla pero se quedó con el cerebro congelado, porque en su cabeza una desgracia como esta no deberia de ser posible en Konoha, no mientras Naruto fuera el Hokage.
Todos se pusieron en alerta, el Hokage había caído.
Tanto Sakura como Sasuke fueron los más grandes sacudidos por el golpe de realidad. Su mejor amigo ya no estaba. Ellos naturalmente aunque pudieran enfrentar terribles consecuencia lo iban a vengar. La ira de los dos se incremento a niveles tóxicos.
—Sasuke, Sakura estara segura en el laboratorio de mi padre. Desde allá ella puede invocar a las babosas para sanar a las personas que estan heridas y atraádas y necesitaremos la ayuda de Karin para sellar a esos imbéciles—. El tono calmado de Mitsuki no reflejaba su verdadera urgencia ni su sentido de alarma del momento pero fue enormemente apreciado por ello en este instante.
Sasuke no lo pensó un solo segundo y sacó a Sakura de allí.
Sarada ajustó sus guantes en sus manos, ella también lo sintió. Esos dos enormes chakras no eran ni más ni menos que el de Boruto y Kawaki, los hermanos Uzumaki. Mitsuki fue el primero en darse de quienes fomentaron este desastre, esos que era seres celestiales se estaba destrozando como verdaderas bestias. Las peleas de hermanos no deberian de ser así.
Los dos corrieron a donde podian sentirlos peleandose a muerte.
La aldea se sentía anticlimática, no era su bella aldea que era grande, poblada y desarrollada, todo estaba en ruinas o cayendose a pedazos. Esto no habría pasado si el séptimo estuviese protegiendo a todos los aldeanos. Él definitivamente no dejaria que sus hijos destruyeran todo y se destruyeran entre ellos.
Mitsuki vio a la bestia, el yokai de Sumire. Necesitaban de alguien que les dijese lo que vio o porque estaba sucediendo esto. —Ahí esta Nue, Sumire tiene algo en sus manos— Los dos desendieron de un tejado cayendo junto a Sumire.
La mujer de largo cabello violeta al verlos derramó lágrimas de alivio y gratitud. —¡Menos mal los dos estan bien!— Ella estaba cubierta de heridas superficiales, una herida autoinflingida y mucho moretones recientes.
Sarada la sujetó ya que se veía muy cansada pero se encontraba más agotada mentalmente. —¡Sumire! ¿Estas bien?
Las palmas místicas de los dos actuaron más rapido que las palabras.
—Sumire necesito que te lleves esa vasija de aquí— Sarada sintió que algo muy poderoso estaba sellado en el interior. Su vieja amiga lo sostenía como si fuese alguien muy importante. Quería preguntar pero detener a Boruto y Kawaki debía ser la prioridad en este momento.
Ella asintió, lo habia estado protegiendo todo este tiempo. Sonrió sintiendose alentada, ella apretó su agarre en verdad era alguien muy importante. —Ellos estaban bien y de pronto— Sumire reorganizó los sucesos en su cabeza, los cuatro estaba bien y de un momento a otro todo se derrumbo.
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Mi segunda opción.
FanfictionEquipo Siete, grandes amigos desde la academia ninja. Después de crecer Sarada y Boruto comenzaron su noviazgo, todo bien hasta que las cosas entre ellos se estrellaron como despegaron sus sentimientos. El equipo se fracturó irremediablemente y Boru...