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Un buen ejemplo.

Sarada apretó su agarre dejándose llevar por la sensación de calidez. No estaba mal despertar cada mañana así de cobijada y querida. 

Estos últimos dias le costaba trabajo adaptarse a su nuevo estado. Al parecer una embarazada es una cosa preciosa y delicada, estado el cual era incompatible para ella en su cabeza. 

Mitsuki también era parte del problema pero en menor rango. Quien se llevaba todos los cargos culposos era Madara quien la estaba tratando como un inválido notablemente lisiado. 

—Tienes que preparar comida altamente nutritivas desde ahora— le dijo a la ama de casa que se vio sorprendida al tener nuevas intrucciones despues de mucho tiempo. Madara salió de la nada y la interrumpió cuando ella estaba preparando los alimentos para comenzar a cocinar.

El Uchiha estaba observandola para que hiciese "bien" su trabajo con sus brazos enredados en sus mangas poniendo una cara aterradora para la mujer. Angustiada por la repentina presencia opresiva del Uchiha.

El albino lo vio más no le dijo nada. Mitsuki bajo hasta la cocina para preparar algo sin ser notado pero habian demasiadas personas como para actuar como alguien invisible asi que solo trato de ser sutil. Le sonrió a la aturdida mujer que pensó remotamente que tal vez cometió un error o los invitados de su empleador estaban insatisfecho con su estilo de cocina, quizás se habian quejado de la comida.

—Permiso— dijo preparando algo en tiempo record y saliendo de la cocina. A Sarada de pronto le dio hambre y Mitsuki decidió prepararle algo por si mismo para no molestar a nadie. 

Sarada apareció en poco tiempo para ir a corretear a su no-tio. Mitsuki le contó lo que vio en la cocina cuando ella dejó de comer, —¿Estas desocupado?— Madara iba a asentir para seguir hostigando de manera pasiva a la ama de casa. —No me prometiste un libro, ¿Ya lo terminaste?

Este rezongo antes de largarse de la cocina. Sarada se disculpó con la mujer y le dijo que no se trataba de ningún error sino más porque estaba embarazada. Inmediatamente recibió felicitaciones de ella y le aseguró que prepararia comida apropiada desde ahora. 

No es la gran cosa, quedé embarazada por ser poco cuidadosa y abusar del profundo afecto de Mitsuki. Ella se reprochó. 

Más tarde cuando Sarada se vistió con ropas de ese tiempo para salir de la finca a comprar, fue alcanzada por Madara. —¿Adónde vas? ¿Dónde esta Mitsuki?

—Se adelantó— Mitsuki salió más temprando porque recibió una serpiente de su padre niño pero eso no se lo iba a contar a Madara. El hombre gruñó demostrando que estaba molesto porque la dejó sola, —sabes, Mistuki sabe que no tiene sentido sobreprotegerme porque me puedo cuidar por mi misma. No soy inútil.

—Aun así deberia preocuparse de parecer atento al menos— le ofreció su brazo. Un gesto que jamás le dio el honor de tener a nadie. 

Sarada se rio para sí misma.  Le enseñó su muñeca, Madara miró la concentración de chakra alrededor de la muñeca de Sarada. Una serpiente blanca mordía su cola pareciendo una pulsera de piel de reptil. —No necesita aparentar porque sigue estando pendiente aunque no este presente. 

Madara se rascó la cabeza con la mano libre —seguro no solo parece ser diligente— como alguien que vivió en constante peligro desde temprana edad era bueno evaluando a la gente. Sus ojos siempre atentos, siempre observando sin perder un solo detalle y su mente era rápida no dejaba de estar constantemente analizando cada pequeña cosa. Miró recelosó la serpiente blanca —¿Qué es lo urgente?— Vió como Sarada entró en conflicto por decirle. 

Mi segunda opción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora