Y los meses.
—¿Qué te hiciste?— Boruto y Kawaki miraron el cabello corto de Mitsuki.
Los dos estaban con la boca abierta, se había rebajado el flequillo y se rapó la parte posterior de la cabeza y se dejó un mechón largo de un lado. Los hermanos estaban acostumbrados a verlo parecer una oveja lanuda.
—Era molesto para trabajar— dijo sonriente. No esperaba que todos se quedaran boquiabiertos por algo tan pequeño como un corte de cabello, cuando fue temprano a ver a Sumire ella se lo recomendó porque lo vio peleandose con el cabello, entonces no le pareció una mala idea.
Se sentía bastante fresco así.
Esa fue una visita, ahora esperaba que Sarada estuviese contenta con el cambio.
Boruto comenzó a suspirar, iba a empezar a ventilar sus problemas en ese momento pero tanto Kawaki como Mitsuki tomaron sus cosas y se fueron a otro lado. —¡Esta bien, esta bien! Ya entendí— El rubio gritó todo ruborizado. —Es solo que el humor de las embarazadas es algo de temer.
—Portate bien y Sumire no te hará la vida a cuadritos— Kawaki le respondió. El moreno lo miró molesto hasta que recordó —oye, ¿Verdad que ayudaste con Shikadai a reconciliarse con su novia?
Mitsuki puso cara de desentendido —¿Yo? No puede ser, no la conosco.
Kawaki pateó un montón de tierra —vamos, dijo que le ayudaste a comprar algo y se lo dio entonces hablaron bla, bla, bla y ahora estan reconciliados.
El albino se puso pensativo, o sea pensandolo bien Shikadai solo le dijo que le ayudara a comprar algo en la joyeria pero solo converso con la vendedora y le pidió que les recomendara algo que estaba de moda, ni siquiera hizo mucho, aunque Shikadai parecía avergonzado de ir y de solo estar en aquel lugar. Alzó los hombros. —Solo me dijo que le acompañara.
Boruto nuevamente —entonces Sumire...
—¿Qué tal esta Sarada?— Se apresuró en preguntar Kawaki para callar a su hermano. Si seguía tentando a la suerte Mitsuki iba a cortarlo en pedacitos.
—Bien de salud, pasa molesta porque nadie le deja hacer nada— él también quería que se moviera poco pero no podía oponerse como los demás, —el resto del tiempo esta somnilienta, hambrienta y de mal humor.
Los dos Uzumaki retrocedieron, esos tres estados eran terribles. No habia peor cosa que eso en una mujer, les sorprendio que el albino hablara casualmennte como si no fuera la gran cosa. —¿Cómo es que aun no comete un crimen de odio?
—No esta tan mal— por su parte no podía quejarse.
Kawaki no le creía, de seguro que Sarada le hacía pagar todos los platos rotos. Y no era como si Mitsuki fuese a decir cuales eran sus problemas tan facilmente, por lo que era dificil para empezar saber o no si tenía problemas. Dio un gran suspiro. —Oye, tengo un problema en casa ¿Podemos juntarnos donde siempre?
El albino alzó una ceja —claro.
—No te pongas a la defensiva. No te obligaré a beber ni a fumar, tranquilo.
Despues de terminar allí Mitsuki fue corriendo al edificio del Hokage, llegó hasta la oficina que tenía las puertas abiertas, tanto Shikadia como Sarada estaban asistiendo al Octavo Hokage. El albino los vio, por fin esa oficina parecía una adecuada para trabajar.
—Ya llegaste— dijo Shikamaru escondiendo su boca. El que llegará Mitsuki quería decir que Sarada ya se iba, eso no le gustaba pero no podía exigir más ayuda, ya recibia bastante. —Sarada ve y descansa, nos vemos mañana.
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Mi segunda opción.
FanfictionEquipo Siete, grandes amigos desde la academia ninja. Después de crecer Sarada y Boruto comenzaron su noviazgo, todo bien hasta que las cosas entre ellos se estrellaron como despegaron sus sentimientos. El equipo se fracturó irremediablemente y Boru...