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El cruce de los caminos.

Tomados de la mano cruzaron la técnica adentrándose en una nueva época pasada a su linea de tiempo. El olor a polvora y sangre les trajó malos recuerdos a los dos de golpe. 

Una época de guerra.

Sasuke camino firme sin mirar los cadáveres y Sakura usó un pañuelo para que su olfato no hiciese revolver su estomago. Sin decir mucho buscaron un área despejada. 

—Espero Sarada no tenga que experimentar de primera mano una guerra como estas— Sakura frunció el ceño. 

El viento arremolino sus mechones ondulados y la capa reveló su pequeña carga extra. Sasuke desvió la mirada antes que ella notara que la miraba fijamente. 

—Sarada tiene una gran fortaleza mental, asi que no hay problema aunque puede que si estuvo aqui se fue en cuanto pudo—. Sasuke estaba preocupado porque Sarada solo debe estar tanteando aun el verdadero alcance de su técnica. 

A él no le llevo mucho tiempo pero eso fue porque en ese tiempo estaba loco en todos los sentidos, loco por la venganza, por ser el más fuerte sin olvidar su ambición y el odio. Sarada era muy diferente de él y por eso estaba tan orgulloso. Por otro lado él no viajo en el tiempo pasado hasta que obtuvo un dominio mayor de la técnica. 

—El gran problema es que ella no sabe nada de lo que hizo el clan. Podría hacer contacto con algunos peligrosos por la falta de información. 

Sasuke arrugo su expresión. —Es mejor que no sepa que toda la existencia del clan Uchiha se baso en un error. Que prosperamos con la desgracia y el dolor, e incrementamos el peso del odio y la venganza para usarlo a nuestro favor. 

Sakura le acarició la mejilla. 

—Sarada ya anduvo por aquí asi que ya debe de saberlo, es más lo aprenderá de primera mano. 

La mujer de cabello rosa puso sus manos sobre sus caderas y sonrió, pero ella confiaba plenamente que su hija se mantendría en el camino correcto. 

No muy lejos de allí un chico silbó para llamar a su halcón, lo había entrenado por su cuenta cuando lo capturó. Ahora era su secreto, no quería revelar que tenía un pasatiempo porque podrian decir que estaba perdiendo el tiempo en vez de mejorar sus técnicas. 

El halcón sobrevoló antes de posarse en su brazo enterrandole las garras ligeramente. 

Cuando se quejó y entrecerro los ojos debido al dolor vio que a la distancia alguien estaba parado platicando con una mujer. El hombre lucia como su clan por lo que no se puso a la defensiva. Cierto no estoy tan lejos de casa. Sus ojos despues capturaron el vivido color de la flor que le recordaba la bella mujer vista en tan extraño retrato hace poco tiempo en las manos de Sarada. 

Nunca supo de que se trataba. Una pintura, un dibujo solo sabía que era una imagen exacta tan perfecta. La sonrisa de la mujer era una de las cosas más bellas y cálidas que había visto, muy similar a la que hizo Sarada la extraña ninja que usó esa técnica que se la tragó a ella y a su compañero. 

Sus ojos vieron como se mecía ese delicado cabello, las ropas rojas de la mujer que grabada en su espalda estaba el simbolo de su clan. Alguien más la habia reclamado como suya. 

Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo estaba corriendo a toda velocidad donde "ellos" estaban pero una vez y gracias a la misma técnica estas maravillosas personas se esfumaron siendo tragados de la nada en un vórtice negro. Sin previo aviso se quedó deteniendo su carrera justo en el lugar donde habían estado parados la pareja. 

—La mujer del cabello rosa ¡Es real!— exclamó para si mismo mientras sonreía y se cubría el rostro.

El lugar allí no apestaba a polvora y a sangre, el olor de la muerte fue reemplazado por un ahora uno fragante y dulce que encandilo el resto de sus sentidos. Oh, ella también huele tan bien. Se estremeció imaginando que el simple hecho de tocar su piel sería único y especial.

Mi segunda opción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora