Quiero a tu esposa.
Abrazados en el lindel de la casa Madara y Sarada estaban sonriendo. Mitsuki se asomó ya que sintió el chakra de Sasuke acercándose a la casa pero cuando los vio así sonrió y no los interrumpió. Sarada malinterpretó lo que dijo, en efecto su padre ya estaba aquí por que a su lado también podía sentir el chakra de Sakura.
—Hey Mitsuki ¿También quieres un abrazo?— Le dijo sonriendo.
—Yo paso. No quiero tu abrazo— se apoyó en la pared con los brazos cruzados.
Madara dijo con sinceridad —oh, en verdad los extrañé.
Sarada frunció el ceño —¿Dónde fuiste? No me gusta que las personas desaparescan así. Papá siempre estaba trabajando y ni siquiera avisaba cuando estaba de regreso, por eso Mitsuki tiene que decir a donde va SIEMPRE.
El albino asintó, a él no le molestaba ese grado de control pero a la vez la razón del por qué era aspero cada vez que podía con Sasuke. Por generarle esa inseguridad a su hija. —Te dije que era como un gato, iba a volver tarde o temprano.
—¿Gato?— Madara bajo a Sarada de sus brazos —soy más como un felino grande.
—Y viejo león— Mitsuki seguía mirando a la puerta.
Madara lo apuntó y luego le mostró que le habia ido a traer algo, lo sacó de un bolso que traia. —Ten este es tuyo, el de Sarada se tardara un poco más en estar listo o es lo que dijeron.
Mitsuki revisó que fue lo que le trajo, no era bueno recibiendo regalos. Sacó la prenda de color negro y vio un uniforme militar negro clásico del clan Uchiha, sus ojos brillaron. Sarada se largo a reir.
—Dice que le gusta— le dio un codazo suave a Madara.
El matrimonio llegó hasta el arco de entrada antigua de la finca Uchiha, ellos se pararon allí en la incertidumbre de diferentes origenes. Sasuke se sentía mareado y nauseabundo, aunque este lugar no se parecía en nada al sitio de su infancia pero tenían el mismo aterrador aire implacable y nefasto. Sakura no sabia si la dejarian pasar, tal vez le pondrian algún pero, como que no es lo suficientemente buena para ser considerada una "mujer Uchiha".
Sasuke dio el primer paso y tiró suavemente de Sakura, nada más al entrar el guardia lo miro abriendo demasiado los ojos. Él espero que el guardía le dijese algo, "alto ahi" o lo que sea pero en cambio el guardia lo miró como si estuviese viendo a un hombre muerto. Un fantasma.
El otro guardia tartamudeó un: —buenas tardes señor Izuna, mi señora adelante.
Sakura y Sasuke se miraron atónitos, en sus ojos se pregunataban en silencio "¿Quien mierda es Izuna?". Continuaron caminando hasta que alguien se detuvo y tuvo una reacción llena sorpresa y perplejidad.
Los iba a saludar con muchas muestras de respeto hasta que Sakura le interrumpió, no quería ser descortés pero ellos estaban allí por algo. —Ah, disculpa. Mira estamos buscando a nuestra hija para irnos a casa.
El sujeto se respingo —Si, seguro ¡Un momento!— Los ojos nerviosos se clavaban en Sasuke y luego como si Sakura fuera la cura de todos los males se tranquilizó. —Vengan es por aquí.
Sakura se animó, por fin ellos sabian quien era Sarada. Sería un poco difícil preguntar por una mujer alta de cabello y ojos negros y piel palida aqui. Como si fuera poco hacer tantas veces la pregunta la hizo sentirse idiota y como una maquina grabadora, repitiendo y repitiendo las mismas preguntas, las mismas palabras con esa sonrisa amigable. Le dolia la cara despues de hacerlo tanto.

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Mi segunda opción.
أدب الهواةEquipo Siete, grandes amigos desde la academia ninja. Después de crecer Sarada y Boruto comenzaron su noviazgo, todo bien hasta que las cosas entre ellos se estrellaron como despegaron sus sentimientos. El equipo se fracturó irremediablemente y Boru...