Dulce
Pinto de un rojo oscuro mis labios, delineo con una servilleta húmeda para que quede parejo y finalmente he llegado, ya estoy en mi trabajo nocturno. Cada chica arregla su maquillaje y sus tetas dentro del brasier.
- Dulce, el tipo de siempre te quiere hoy- Arthur parece cansado de verlo aquí, pero el dinero que le deja lo impulsa a seguir.
- Estaré con él en 10 minutos- ve mi cabello y sin esperarlo lo dice.
- Ese color no te queda, me gusta más tu color natural- coloco mi derecha sobre una de las sillas y subo mis medias de red.
- Sabes que tengo que hacerlo así o pueden descubrirme- asiente y sale del camerino.
- Ese hombre que viene a verte está obsesionado por ti. Te aconsejo que después de esta noche dejes de verlo- Jenna y su lógica me recuerdan lo obvio.
- Ya lo pensé, lo de hoy será una despedida, me gusta como folla, nada más- termino de colocarme los lentes de contacto y salgo de ahí.
Con 20 años, una familia poderosa, una carrera universitaria a punto de finalizar, tres amigos sinceros y una hermosa mascota, podrían pensar que lo tengo todo, pues... No es del todo así, sentía que algo faltaba, algo que me hiciera sentir adrenalina, y tal parece que el destino me quería trabajando aquí, en Destiny - si, muy trillado lo mío -.
Les cuento resumidamente cómo termine trabajando en el club de prostitutas más elitista de Los Ángeles.
Flashback
Eran las 20:00 p.m cuando salí de la universidad y caminé varias cuadras hasta llegar a una estación de servicio ¿Porqué una estación? Mi jodido auto se quedó sin combustible, tuve que caminar para encontrar un lugar, y en mi camino se cruzó una chica que caminaba de la mano junto a uno de los hombres más ricos de New York ¿Qué hace en Los Ángeles?, ella con ropas muy sugerentes y maquillaje cargado.
Pasaron junto a mi, y entraron en un lugar que tenía un enorme letrero, Destiny, en dorado y con letras cursivas, el edificio es negro, un guardia está parado fuera con un arma en su cinturón.
Oí de este club una vez, es el más caro en Los Ángeles en cuanto a las bailarinas y putas. Las mujeres que ahí trabajan son hermosas, tanto que hasta se parecen jodidas diosas.
Así como yo.
Miro con curiosidad el letrero, y a las personas entrar y salir. Lo decidí, voy hasta el guardia, me paro frente a él y le muestro mi mejor sonrisa.
- Buenas noches- saludo cordialmente al edificio andante que me mira con curiosidad.
Carajo, es enorme y muy atractivo.
- ¿Qué se le ofrece?- mierda... Y su voz moja hasta mi cabello.
- Trabajo ¿Cómo hago para trabajar aquí?- me mira incrédulo, lame sus labios y me barre con la mirada.
- Digamos que ya tienes todo lo necesario para eso, pero lo más importante es que te hagas unos análisis, nadie quiere a alguien con algo contagioso- asiento comprendiendo.
Me gusta este hombre, y voy a tenerlo.
- ¿Alguna otra cosa que deba hacer?- muestro más mis senos.
- Venir mañana aquí con esas mismas ganas de trabajar -señala mi escote.- Y con los análisis completos-
- Muchas gracias- hago puntitas de pie para besar su mejilla.
- Otra cosa que debes hacer mañana al llegar es abrirme las piernas- ahí dejó de gustarme, me gusta ordenar, no que me den órdenes.
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Puta sinvergüenza (+18) (Borrador)
Short StoryAdvertencia 🔞⚠️ Esta novela contiene lenguaje vulgar, escenas de violencia, abuso sexual, y daño psicológico. Leer bajo su propia responsabilidad. ---------------- Tenerlo todo en la vida puede llegar a ser tan monótono y aburrido que algunas pers...