Jenna
Vuelvo a ver la fotografía de Magnus, el nivel de masoquismo que carcome mi alma y corazón al verlo sonreír con esa mujer me hace ver como una idiota, yo misma creo un martirio ante el amor que sigo sintiendo por alguien que ya sigue adelante con su vida.
Ella es muy bonita, no sé nada más porque sinceramente ya es difícil no soñar con ellos juntos, siendo felices y formando una familia.
No lo culpo, le dije que seguiría a Dulce hasta el fin del mundo.
No me arrepiento de nada, soy feliz al ver que mis amados sobrinos crecieron sanos y salvos con valores que si bien los mete en serios problemas con su madre, no dejan de defender al inocente como lo demostraron con ese niño.
Me siento satisfecha al saber que hice lo que pude para ayudar a mi mejor amiga, a la única que siempre estuvo junto a mí y que me pidió perdón de rodillas cuando supo de la nueva novia de Magnus.
Me destrozó verla llorar a mares, gritaba que era su culpa y que debía dejarla para volver con su hermano, pero ¿Cómo dejarla sola? La amistad es primero, los hombres pueden esperar.
Me alegro de que sea feliz junto a alguien más, lo merece con la mierda de vida que lleva por culpa de su jodido padre, un ser egoísta que no piensa en otra cosa que su propio bien calculado en dinero y sufrimiento.
Es la última vez que miraré la fotografía, es mi despedida hacia mi historia con Magnus Coleman, mi primer amor y mi primer hombre en la cama, mismo que me enseñó que el sufrimiento y la felicidad son caras de una misma moneda.
Es hora de que yo también conozca a alguien ¿Por qué no dos hombres? Yo misma pensé que Dulce se volvió loca al intentar relacionarse con tres hermanos y mírenme ahora, siguiendo los mismos pasos.
Hoy es mi cita, Dulce me compró un vestido carisimo contra mi voluntad, odio que gaste tanto dinero en mí, lo pasé por alto ya que tiene su vida y la de mis pequeños arreglada gracias a un negocio de pasteles que tiene varias sucursales.
La perra tiene mucho talento para la repostería, lo descubrimos en el quinto mes de embarazo, hizo algunos postres porque sus antojos se lo ordenaban y a la primera le salían deliciosos.
El vestido negro con brillos es completamente ajustado a mi cuerpo de corte recto en la parte superior, el tajo en la pierna izquierda le da ese toque sexi que a mi vestuario jamás le hace falta. Los zapatos rojos cortan el negro, combinan bien con la diadema que parece ser una corona de flores, el cabello ondulado me queda de muerte.
Algo que amo del vestido es que puede usarse sin ropa interior.
- Oh Dios... ¡Esos hombres van a volverse locos! - dice mi amiga entrando sin tocar como es su puta costumbre, un día me estaba masturbando y aún así no le importó entrar como sin nada.
Dulce reaccionó un tanto extraña a mi cita, fue como si su cerebro hubiera sufrido un apagón momentáneo y que al reiniciarse la dejara en un tipo de shock.
- ¿Lo crees? - me siento insegura, hace años que no salgo con alguien por seguir queriendo a otro, pero me dije a mi misma que si no doy el primer paso jamás viviré la historia de amor que merezco.
- Claro que sí, estarían locos si no pierden la cabeza por tí - trae una caja dorada en sus manos, otro regalo - No te enojes, los ví de camino a casa y pensé que te verías muchísimo mejor con ellos - mierda, unos aretes de diamantes.
- No, ahora sí que fue excesivo - extiende la caja hasta dejarla sobre el tocador.
- Nada es demasiado al tratarse de ti, Jenna, soy lo que soy gracias a tu apoyo ¿Me dejas retribuirte? Por favor, deseo que hoy sea una noche mágica para ti, lo mereces - acaricia mi mejilla.
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Puta sinvergüenza (+18) (Borrador)
Krótkie OpowiadaniaAdvertencia 🔞⚠️ Esta novela contiene lenguaje vulgar, escenas de violencia, abuso sexual, y daño psicológico. Leer bajo su propia responsabilidad. ---------------- Tenerlo todo en la vida puede llegar a ser tan monótono y aburrido que algunas pers...