𝐑𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | "Un mundo sin reglas que amo, en el que quiero y necesito permanecer".
Una extraña bebida adictiva, personas que bailan como marionetas controladas por un mismo ser. Un submundo sin normas, una casa de origen desconocido y una sa...
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AVISO: Los extras son capítulos que SÍ influyen en la historia narrada, pues cuentan el pasado de los personajes. En los extras van a aparecer fragmentos del pasado y presente que se vive en los capítulos normales del libro. Habrá un extra de cada miembro. Estos pueden contener violencia y otras cosas que tal vez causen impresión o rechazo.
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"Good boy gone bad"
Heeseung recordaba la fiesta de la noche anterior como si hubiera sido la mejor de todas las vividas, aunque su cuerpo no pudiera más, y estuviera siendo forzado por él a sobrevivir.
"En cuanto cumplas los veintiuno te convertiremos. Mientras tanto, no juegues con tu vida". Esas palabras dichas por su madre y su hermana mayor siempre habían resonado en su cabeza, pero él les empezó a hacer caso omiso cuando se dejó llevar por las fiestas, las drogas, el alcohol y los comportamientos absurdos que tenía cuando estaba fuera de sí. Pero se sentía tan bien...
Se comprometió consigo mismo a vivir la vida como si cada día fuese el último. Como si fuera a volverse incapaz de todo al día siguiente y ese presente vivido cada día fuera la última oportunidad de disfrutar. Pero se pasó. Se equivocó.
Heeseung comenzó a adoptar una actitud contraria a la que siempre había tenido. Nunca había sido alguien demasiado cariñoso, pero tampoco grosero o que se apartara ante muestras de amor. Ahora su hermana entraba a su cuarto dispuesta a darle un abrazo y él la apartaba de un manotazo mientras seguía con la mente perdida en su última fiesta.
La historia se repetía cada día. Él ni siquiera se molestaba en hablarle. La apartaba, y siempre que llegaba a casa completamente drogado la veía mal. Cuando no lo estaba, ella también estaba mal. "No es culpa mía. No sé qué le pasa, pero... no me importa". La mayor parte del tiempo Heeseung ni siquiera pensaba en ella, ni en su madre difunta. Tampoco en su hermano pequeño.
Este chico fue uno de los factores que le llevaron a centrarse en su vida y nadie más. Su hermano adoptivo, rescatado directamente de la guerra ya presente en Japón, allá por el 1870. Él siempre se repetía a sí mismo que hizo mal, que su indiferencia que comenzó a crecer cuando lo tuvieron que ingresar en el hospital, fue una de las causas de la muerte de Nishimura Riki. Pero eso solo llevó aún más a Lee Heeseung por el camino de la amargura, siendo este el principio de una drogadicción que ya no terminó hasta que, muy en el futuro, se topó con los últimos cinco supervivientes.
