| Capítulo 14 |

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13 de Junio de 2022

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13 de Junio de 2022

—¿Estás bien? —me pregunta Sullyoon, mirando de reojo al grupo de seis chicos que se encontraban no tan lejos nuestra.

Yo miraba mi móvil con un montón de notificaciones de Sunghoon, que me preguntaba si ya les había dicho algo sobre nuestra amistad, porque eso era todo lo que estaba dispuesta a confesar.

Tragué saliva y asentí sin mirar a mi amiga. El sol comenzaba a pegar fuerte ahora que nos adentrábamos en la mitad de Junio y el calor era insoportable. Habían pasado tres días desde aquella experiencia y aún podía notar las piernas temblorosas y el calor y la presión mezclados en mi vientre. Una combinación maravillosa. Me bastaba con recordar la imagen y el instante en el que pasó rápidamente para revivirlo.
Eso de alguna manera me hacía sentie sucia, por todo lo que había dicho sobre ellos a otras personas, incluidas mis amigos, pero esa misma sensación era la que me hacía verlo como algo prohibido. Y eso, me gustaba todavía más.

Llevaba sin ver en persona a los chicos esos tres días. No habían ido al instituto ni yo me pasé por su casa, porque estaba algo avergonzada, o mejor dicho tímida, sobre todo por Sunghoon. Y no sabía cómo iba a mirar a la cara a Sunoo sin sentirme culpable. Incluso a Heeseung.

Aquel era el momento para zanjar el asunto de que aquello fuera algo oculto. Me levanté y sacudí mi ropa.

—¿Te sientes incómoda con ellos tan cerca? —me preguntó Minhee, pensando que me marcharía, y sí, lo haría, pero con ellos.
—No... en realidad... —desvié la mirada hacia el grupo de nuevos amigos que me miraban atentos. Estaba segura de que Sunghoon les contó lo de mi pequeña mentira sobre mi relación con ellos—. Veréis, he ido a algunas de sus fiestas y bueno... hemos creado lazos y eso.

Junté mis manos sudorosas. No sabía cómo se lo iban a tomar, ni tampoco por qué me sentía juzgada por sus miradas si eran lo más inocente que existía. Siempre habían sido así. En el grupo, yo era la que estaba loca.

Seongmin también estaba ahí, y se limitaba a reír.

—Bueno, vale. —Minhee pareció querer reír, pero se mantuvo neutro al ver mi nerviosismo—. Pero ¿por qué te pones así? Si te sientes segura con ellos y no son como creíamos pues... bien, ¿no?

Le dirigió una mirada a Sullyoon y ella, callada, asintió.
—Mientras no te alejes de nosotros...
—No, no te preocupes. —reí—. Ellos tienen horarios diferentes, parece, pero sí quieren que vaya con ellos de vez en cuando... como ahora.
—Eso explica las miraditas. —Seongmin fulminó con la mirada a quien creí que era Jake, porque cuando miré en su dirección se veía levemente amenazado.

Me sentí aliviada cuando mis amigos dieron la reacción indiferente esperada, y me di cuenta de que la única razón por la cual aquello se me hacía "prohibido" e "indebido" era porque yo los veía misteriosos y sabía que existía algo raro en ellos, en su casa y en su situación. Y aún así, no podía alejarme. Tal vez por Sunghoon, porque sus besos ahora de habían vuelto adictivos, y no solo eso. O por Sunoo, porque su tacto suave y atrevido era un placer recibirlo. Incluso por el alma caritativa y la sonrisa cómplice de Heeseung, o el ponche que me provocaba posibles resacas de dos días, pero era jodidamente fascinante.

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