| Capítulo 30 parte 3 |

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Salimos de mi casa prácticamente corriendo, diciéndole a mamá que ese día dormiría con en la mansión porque íbamos a hacer una pequeña fiesta para celebrarlo, pero una silenciosa, de modo que cumplíamos con lo que le dijo Sunghoon

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Salimos de mi casa prácticamente corriendo, diciéndole a mamá que ese día dormiría con en la mansión porque íbamos a hacer una pequeña fiesta para celebrarlo, pero una silenciosa, de modo que cumplíamos con lo que le dijo Sunghoon.
El interrogatorio que esperaba, se lo llevaron los chicos, desde cómo habían pagado esa mansión hasta dónde vivían sus padres, preguntas que sabía que podían ser dolorosas o que no sabrían responder, pero se desenvolvieron bien. Para Sunghoon ninguna pareció afectarle, simplemente inventó la excusa de que sus padres les ayudaban a pagarlas desde la distancia porque vivían todos fuera del país, y que ellos eran estudiantes de intercambio con doble nacionalidad, algo que aún no entiendo cómo se lo creyó mi madre, si es que se lo creyó. Pero eso ya no importaba tanto, porque pronto sabría toda la historia gracias a Heeseung.
Por otra parte a Sunoo la pregunta de dónde estaban sus padres le cambió el rostro por completo. Su sonrisa nerviosa pero alegre y convincente se desvaneció por una incómoda que pronto incluso desapareció. Viéndolo durante un solo segundo supe que quería salir de allí cuanto antes, y fue por eso por lo que corrimos fuera tan pronto como le dijo a mi madre que dormiría en su casa.
Sabía cuáles eran los problemas que enfrentaba Sunoo relacionados con su madre e imaginaba por lo que me había contado que no quería ni siquiera recordarla o tener que hablar de ella.

Ahora él y Sunghoon hablaban en un camino tranquilo hasta la mansión. El rubio le agradecía por la excusa, hablando con total confianza del tema porque solo estábamos su especie de "líder" y yo, además, desde hacía tiempo me di cuenta de que la relación de Sunoo y Sunghoon era muy buena, y desde mi intervención, más aún. Pero yo no me concentraba demasiado en la exactitud de sus palabras, solo pensaba en Heeseung y el recién llegado.

Finalmente visualicé la puerta de la mansión ante mis ojos, y no solo eso. Fuera estaba Jay.

—Heeseung dice que ya podemos ir con ellos. Estaba esperando a que llegarais.

Sentí algo en el corazón, tal vez una adrenalina nueva por descubrir una verdad que sabía que iba a descubrir, una distinta a la que sentí cuando Sunoo me contó su pasado o cuando supe que el más alto iba a manipular la mente de mi madre. Esta vez sabía con antelación que me enteraría de algo fuerte y no podía estar más ansiosa por descubrirlo.

Jay abrió la puerta, pasando él primero y después nosotros. El último en entrar fue Sunoo, quien cerró.
No me molesté en mirar hacia los lados o buscar a los chicos, ya conocía demasiado bien sus costumbres y cada detalle de sus actos. Sabía que Heeseung nos esperaba junto al resto arriba, en esa sala a la izquierda de las escaleras donde siempre se reunían todos y yo me unía. Donde me presentaron formalmente a cada uno de ellos la primera vez que me encontré con los seis a la vez.
Ahora eran siete.
Y todo parecía tan lejano.

Corrí directamente escaleras arriba y los chicos me dijeron, lo deduje por los pasos acelerados que escuchaba detrás mía.

Tan pronto como subí pude verles, a Heeseung y a su "hermano" sentados juntos y al resto en el mismo sofá, pero se veían distantes.
No sabía si ese chico realmente era el hermano de Heeseung de alguna manera, tal vez fue solo una excusa de Sunghoon para mi madre, pero fuera lo que fuera, cualquiera se daría cuenta de que se extrañaban, y ahora no me parecía raro que estuvieran tan unidos.

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