𝐑𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | "Un mundo sin reglas que amo, en el que quiero y necesito permanecer".
Una extraña bebida adictiva, personas que bailan como marionetas controladas por un mismo ser. Un submundo sin normas, una casa de origen desconocido y una sa...
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22 de Julio de 2022
—¿Qué pasó ayer...? —pregunté abriendo los ojos, encontrándome a Jake sentado junto a mí, ahora estábamos en el cuarto de Sunoo, yo acostada en su cama y el australiano aparentemente vigilándome. —Te desmayaste después de darte cuenta de que tú eres la Diosa de la Fuente.
Cuando Jake dijo esas palabras sentí que el corazón me daba un vuelco, tal y como la noche anterior cuando me enteré de aquello. —Bueno, parece que es común en mí desmayarme a cada rato. —reí amarga—. Por eso no lo menciones más, no vaya a ser que pase otra vez... —Es difícil no mencionarlo cuándo aún hay muchas cosas de las que hablar con respecto a eso. —Heeseung entró a la habitación, cuya puerta estaba abierta, nos escuchó y se metió en la conversación—. Como por ejemplo, que Jake se sintió atraído hacia ti cuando supo que la atormentada alma de su amada estaba dentro de ti. —rio escandalosamente al ver la mirada felina y amenazadora de Jake. —Pero no era lo mismo. —Jake se cruzó de brazos y negó, en ese momento la habitación comenzó a llenarse. Entraron Sunghoon, Sunoo y Jungwon, este último tirando del brazo de Jay para que entrara también. —¡Si ahora estás avergonzado te jodes! —le gritó—. ¡No haberte comportado tan blando ayer!
Reí para mis adentros y me incorporé en la cama. Al haberme desmayado solamente de la impresión, no me encontraba mal. Con todos los chicos a mi alrededor me encontré protegida de alguna forma, en casa. Era un sentimiento extraño verme rodeada de los que anteriormente eran tan solo mis vecinos recónditos, misteriosos y estúpidos, y verlos ahora de una manera muy distinta: como compañeros, amigos muy íntimos, las personas con las que quería estar a pesar de que ni siquiera fueran humanos normales, y entre dos de ellos, los amantes de los qud estaba enamorada. Y una duda se me presentó de inmediato al percatarme de aquello: ¿cómo iba a explicarle todo eso a mi madre? Que disfrutaba demasiado de pasar tiempo con ellos, que aunque no trabajaran se las apañaban para tener todo aquello porque no eran humanos, que quería vivir en su mansión, que eran vampiros. Había detalles que podía omitir, como que Sunoo fue el causante del incendio del instituto, del que aún se hablaba, porque seguía sin conocerse la fuente de la que procedió el fuego, que me acosté con tres de ellos y me besé con cinco... y muchas cosas más. ¿Y a Seongmin, Sullyoon y Minhee? No había forma de que aquello saliera como en un cuento de hadas.
—¿Te encuentras bien? —la voz de Sunghoon interrumpió mis pensamientos, cuando alcé la cabeza lo vi muy cerca mía, con la mano apoyada en la almohada detrás mía, mirándome a los ojos. Asentí, le di un pequeño beso en los labios. —Solo me desmayé por la sorpresa. —No me refiero a eso. Tenías mala cara. —Ah, es que... bueno, nada. —desvié la mirada hacia Jungwon, que estaba con los brazos cruzados, dudoso. —Puedes confiar en nosotros —aseguró—. Pero tal vez prefieres que te demos primero un poco de intimidad con ellos —señaló al pelinegro frente a mí y a Sunoo, a lo que asentí—. Entonces luego vendremos.
Los chicos salieron, Jungwon aún llevaba a Jay de la mano, Heeseung y Jake se desvanecieron dejando una nube de humo como señal de que ahí estuvieron. La puerta fue cerrada por el más pequeño y los chicos ante mí.
