𝐑𝐄𝐃 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | "Un mundo sin reglas que amo, en el que quiero y necesito permanecer".
Una extraña bebida adictiva, personas que bailan como marionetas controladas por un mismo ser. Un submundo sin normas, una casa de origen desconocido y una sa...
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"Nakama"
2005
Los seis chicos se miraron una vez estuvieron los seis unidos. Los últimos cinco supervivientes que Heeseung se propuso unir, y Jungwon.
Sunghoon tomó la iniciativa al acercarse a él y tener el pelinegro el honor de ser quien clavara sus colmillos en el cuello del más joven; el único que nació humano, regándole así el poder extremo y el regalo de la inmortalidad con el antídoto de sus afilados colmillos.
Ninguno de los otros cuatro vampiros, que llevaban juntos muchos años, se inmutó. En ese momento Jungwon, gracias a aquel proceso y el profundo coma en el que cayó el tener la sangre vampírica corriendo por sus venas, el menor fue uno más de ellos para siempre.
Ahora los seis chicos estaban juntos en aquello. Solos, pero juntos.
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Diecisiete años después...
Todos estaban en el salón de su nuevo hogar, huyendo nuevamente de ser descubiertos. Ahora habían terminado en otra ciudad distinta, alejada de la última en la que dejaron su rastro vampírico, solo para alimentarse y dejarla una vez más.
Sunoo jugaba con un mechero acostado en el frío suelo que habían remodelado rápidamente. De no ser por sus habilidades vampíricas, aquella mansión abandonada y putrefacta había llevado años de arreglar, limpiar y desinfectar de toda la porquería y enfermedades que debía de tener.
—Muévete y ayuda —le ordenó Jay. —Y una mierda —musitó el ahora rubio. Había dejado atrás su pelo negro en cuanto supo que podía tintarse, y eso le encantaba, aunque no podía mirarse al espejo para comprobarlo. Sunghoon, dentro de su papel de líder duro, era muy cariñoso con sus chicos y se lo hacía saber a diario.
Jay se marchó molesto. Sunoo se dio cuenta de que el aparato ya no funcionaba; se había quedado sin combustible. Con la punta de su dedo, generó una llama que miró con piromanía y afecto hacia el fuego. Hacia el elemento que le liberó.
