| Capítulo 31 |

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25 de Julio de 2022

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25 de Julio de 2022

Lunes.
Caminé por la fría, solitaria y silenciosa calle. Ese día los chicos no habían celebrado ninguna fiesta debido al acontecimiento que sucedería en cuanto entrara por aquella puerta que se alzaba ante mis ojos. La ausencia de la música ruidosa y las luces de colores a las que ya me había acostumbrado era muy notoria.

Sunghoon caminaba a mi lado, para no perderme de vista ni un momento y procurar que todo saliera acorde al plan, había venido a recogerme a la que pronto dejaría de ser mi casa. Tomó mi mano repentinamente, empezamos a caminar por el húmedo césped que había alrededor de su mansión, que en algún momento dejó de ser parte de un seco campo y creció en un tono verdoso muy vivo. Nunca me percaté hasta ese momento en el que lo alumbré con la linterna de mi teléfono móvil. Eran más o menos las doce de la noche, ese día había luna llena.

—¿Dónde está Sunoo? —pregunté mirando continuamente al suelo, clavando la vista en los pasos que ambos dábamos al unísono sobre la hubiera, al compás.
—Aquí.

El chico apareció a mi otro lado, aquella ya era una escena corriente: yo con cada uno de ellos a mis dos lados. Sunoo tomó mi otra mano, acariciándose con la que tenía libre el cabello rubio, cuando lo vi pude ver cierta emoción en sus ojos rojizos, aquel brillo que se intensificaba con la luz de la completa luna. Sunghoon estaba igual en ese momento. Sonreí instintivamente por sus cautivadoras sonrisas.

—¿Qué ocurre? —preguntó Sunoo, ahora más sonriente de lo que estaba antes.
—Creo que estoy emocionada, y feliz porque vosotros lo estáis. —me encogí de hombros, dirigiendo de nuevo mi vista al suelo. Siempre lograron ponerme tímida y siempre lo lograrían, sin importar cuántos años pasáramos los tres juntos en esa eternidad que se aproximaba cada vez más. Las mariposas en mi estómago revolotearían en armonía cuando estuviera con ellos sin importar qué.
—Por fin activaremos la fuente.
—Por fin serás eterna —completó Sunghoon.

Las comisuras de mis labios se elevaron tímidamente, no podía evitarlo, sus palabras y las de Sunoo siempre lograrían sacarme una sonrisa, sobre todo si eran ese tipo de palabras, las que salían suaves y alegres de entre sus labios, que me hacían sentirme llena, feliz.

—Es momento de entrar —avisó Sunghoon, mirando al cielo. Asentí, pero antes, tenía una pregunta.
—Necesito saber algo —interrumpí. Ambos me miraron curiosos y expectantes—. Sunghoon, ¿cuál es tu habilidad? Todos tienen una, y las conozco, pero la tuya sigue siendo un misterio para mí.

Se quedaron ambos en silencio un par de segundos, el mencionado aferró más su mano a la mía, intensificando el agarre que ahora se había vuelto más afectivo.

—Verás, yo no me di cuenta de cuál era mi habilidad hasta que te conocí, más o menos. —enarqué las cejas, ahora más curiosa que nunca—. No sé cómo describirlo ni por qué me sucede a mí, pero creo que lo obtuve cuando me propuse ser el líder de los chicos y guiarlos. Es una especie de poder que yo no controlo, el cual me permite sentir de alguna manera cuándo estoy cerca de un elemento histórico, importante o relacionado con nosotros, por eso podía detectar a los vampiros junto a Heeseung, desde la lejanía, supe que esta casa era importante desde mucho antes de llegar, y cuando te vi... vi ese "algo". Tu alma brillaba y mi corazón latía rápidamente, no solo por lo mucho que me gustaste —sonrió—, sino por lo que eres.

𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 | ENHYPEN ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora