| Capítulo 16 |

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21 de Junio de 2022

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21 de Junio de 2022

Había pasado una semana desde que pasó aquello con Heeseung y Sunghoon.

Yo misma sabía que tal vez no era lo más inteligente, porque de esa forma solo me confundía más, pero por otra parte me sentía demasiado libre. Y sobre todo, cómoda, algo difícil de lograr estando con tres a la vez y que ellos lo supieran y no se opusieran.

Mis sentimientos eran confusos y no estaban desarrollados. Solo sabía una cosa; por Heeseung no existían, y eso estaba bien. A medida que la semana avanzó, el chico y yo creamos una especie de vínculo en el que éramos amigos pero lo hacíamos todos los días, en cada fiesta, y fue por eso que empecé a ir a diario. Alguna que otra vez tomé el control, como ese primer día en el que ambos nos pusimos a prueba, pero solía ser él y eso me gustaba. Me relajaba, y él iba despacio, sin prisa, dispuesto a deleitarme sin importarle las horas que fueran, quién hubiera fuera o el tiempo que tuviéramos.
Y ambos ya lo habíamos hablado. Nuestra relación así era perfecta, y duaría hasta que yo tuviera claro qué me pasaba con Sunghoon y Sunoo. Heeseung estaba al corriente, porque no solo lo hacíamos sino que comenzamos a ser inseparables.

Él se preocupaba mucho por mí sin yo entender por qué, pero adoraba esos detalles. Yo le relajaba cuando se sentía alterado o irritado por las fiestas que, al parecer, odiaba, y ambos nos aconsejábamos y nos quitábamos el estrés de esa forma tan peculiar pero placentera.

El problema de ir todos los días consecutivos en una semana, era que cada noche no pude dejar de beber aquello. Ese maldito ponche adictivo que comenzaba a alterar mis sentidos y hacer que me sintiera drogada. Ya no me importaba si se me servía con alcohol o no, pues muchas veces ni siquiera miraba cuál me daban o cuál me echaba yo misma. Solo quería beberlo y lo buscaba desesperada, tras un baile con alguno de los chicos, un rato con Heeseung o toques con Sunoo. En cualquier caso, sin importar las circunstancias.
Iba por ellos, y comenzaba a quedarme por el ponche.

En ese momento estaba despidiendo a Sullyoon y Minhee de mi casa, que vinieron a pasar el rato, y cuando entré de nuevo me fijé gracias a la luz de las lámparas en que mis piernas estaban bastante secas.
Yo no solía estar deshidrata, pero en ese momento lo estaba. Mis brazos se encontraban en el mismo estado.

Mi madre pasó por delante mía y se quedó mirándome.

—Cierra la boca que te entran moscas. —me dio un pequeño golpe en la frente que me hizo subir la cabeza, con el ceño fruncido. Ella se marchó hacia la cocina, riendo.

Noté mi garganta seca y fui a beber algo, siguiéndola hasta allí. Tomé una botella de agua que estaba en la encimera y bebí un trago.
Se me hizo raro. Ahora, beberla era raro. Era como si mi cuerpo hubiera perdido la costumbre.

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