| Capítulo 12 |

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31 de Mayo de 2022

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31 de Mayo de 2022

Los nervios a flor de piel era una expresión que se quedaba corta, para explicar cómo me sentía sabiendo que, cuando acabara esa hora de clase a la cual le quedaban diez escasos minutos, me encontraría con Sunghoon en los vestuarios, solos.

"¿Qué piensas hacer, Aerum?" Me pregunté a mí misma repetidas veces durante las clases que ya habíamos dado, sin lograr concentrarme en los temas estudiados.

Para mi poca suerte, aún no había conseguido que mi profesor entendiera a lo que me refería cuando decía que Jay era insoportable, un compañero imposible de tratar, porque nadie se daba cuenta además de Minhee, que estaba pendiente para después burlarse.
Jay hablaba en un tono impertinente pero suave y bajo, haciendo que nadie además de mí le escuchara. Y, por si fuera poco, se acercaba a mi oído, incrementando la insistencia y haciendo que estuviera harta de escuchar su tono de voz diciendo estupideces.

El pelinegro llevaba un rato sin hablar. Yo solo lo observaba viendo que, efectivamente, era muy atractivo y era normal que a todo el instituto le gustara su apariencia de chico malo. No podía negarlo, él, así como todos sus amigos, parecía estar esculpido por los mismísimos Dioses, pero Jay en concreto no estaba hecho para mí.

De repente se giró y cruzamos miradas.
—¿Necesitas algo, preciosa? —negué ante su pregunta—. Eres muy callada.
—Pues toma nota y aprende.

Para una vez que estaba callado, conseguí despertar su lado cómico y empezó a molestarme y hacer bromas sobre todo lo que se cruzaba frente a sus ojos.

Los minutos, que de por sí pasaban muy lentos cuando esperaba con ansias pero nervios que llegara cierto momento, empezaron a pasar más lentos gracias a él.
Hasta que por fin, sonó la campana y toda la clase comenzó a recoger velozmente sus cosas para salir lo antes posible al patio.

Yo sabía que Minhee vendría hacia mí como de costumbre, y no me equivocaba. Siempre salíamos juntos y rara vez me había ausentado en un rato libre. Solía estar con él, Sullyoon y a veces Seongmin.

Cuando ya estaba a mi lado, le dije que tenía que hablar con un profesor e inventé que mi madre había tenido una reunión con él.

—¿Estarás toda la hora con él? —preguntó. Pensaba que le daba pena, pero debía conocer a mi amigo. Empezó a reírse—. Me compadezco de ti. Suerte.
—Ni siquiera sé si estaré... da igual. —Minhee ya se estaba marchando a buscar a Sullyoon y mi hermano, así que fui hasta Sunghoon, que esperaba recogiendo sin prisa en su pupitre.
—¿Vamos a los vestuarios o podemos hablar aquí ahora que está vacío? —me preguntó sin subir la mirada.
—A los vestuarios.

Yo no quería hablar.
En realidad, no había nada de lo que hablar, que yo supiera. Y si lo había, no sabía qué era.

Esperé pacientemente mirándolo, pero él no me miraba a mí y, cuando se levantó, cruzamos miradas por fin y mantuvo sus ojos sobre los míos hasta que finalmente esbozó una pequeña sonrisa sin mostrar sus dientes.

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