| Capítulo 30 parte 1|

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23 de Julio de 2022

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23 de Julio de 2022

Trazaba círculos y líneas rectas con mis dedos sobre la desnuda espalda pálida de Sunghoon, sentada sobre él con una pierna a cada uno de sus lados.
"Vete", eso fue lo único que me salió decirle cuando habló por última vez la noche anterior. "Vete, por favor".
¿Convertirme? ¿En qué estaba pensando? Aquello jamás se me había pasado por la cabeza, nunca quise porque, aunque fuera estupendo de alguna manera, era peligroso de otra, y mi vida era lo primero.
Pero era cierto que de esa forma mi vida sería eterna.

—¿Sabes? Ahora mismo soy una montaña rusa de emociones, un cóctel de sentimientos encontrados. —masajeé con más fuerza su espalda, porque me había quedado parada sin percatarme de ello cuando me metí en mis pensamientos. El único que había junto a nosotros era Sunoo, que había optado por besarme el cuello acariciar mis hombros detrás mía.
—Y eso está bien —recordó Sunghoon con la voz ronca, dejando caer un suspiro de placer. Reí.
—Sí, pero no es agradable, es decir... ¿yo, un vampiro?
—Bueno, está claro que no naciste así —habló Sunoo—, pero hay muchas ventajas en ello, Aerum. Bueno, es prácticamente necesario.
—Eso lo entiendo, pero...
—No lo entiendes. —Sunoo paró un momento, Sunghoon se las apañó para darse la vuelta aún conmigo encima. Ambos me miraban ahora, pues el más bajo se había colocado a su lado—. Para que puedas activar la fuente tienes que dejar caer en ella cantidades de sangre que te matarán siendo una humana.
—Y no solo eso, no sabemos si funcionará siendo lo que eres, es algo vampírico y tú la única relación que tienes con ella en estos momentos es el alma de su fundadora original.
—Y lo más importante —continuó Sunoo—: no eres inmortal, por lo que, si tuvieras que seguir aportándonos ese poder durante el resto de nuestras vidas, no podrías, porque nosotros somos eternos y tú morirás dentro de muchos años.

Me quedé pensativa ante lo que me dijeron, dándome cuenta inmediatamente de que tenían razón. Yo iba a morir, estaba destinada a ello como todo ser humano cuando llegaba a la vejez, si nada lo provocaba antes, claro, pero siendo como ellos ni siquiera eso podría impedirme vivir.
Tenía ante mis ojos la oportunidad de vivir una vida eterna. ¿La iba a desperdiciar?

—Ninguno de nosotros quiere que mueras, y no es solo por la fuente. —Sunoo me miró a los ojos con sinceridad, en estos veía brillo entre todo aquel color rojo vivo, esta vez más vivo que nunca—. Queremos estar contigo para siempre.
—Preferiría morir yo antes que vivir tu muerte y verte envejecer poco a poco sin poder hacer nada.

El corazón se me terminó de encoger con la aportación de Sunghoon al discurso de ambos, otro de muchos que lograban convencerme. Me sentí mal por haber rechazado inmediatamente la propuesta de Sunghoon la noche anterior y haberle ordenado que se marchara. Me sentía idiota, pero sobre todo confusa una vez más.
Pero ¿había mucho que pensar esta vez? La respuesta estaba cada vez más clara, se abría paso entre mis pensamientos, dejando un camino mucho más visible que antes.

—Vale. —sonreí para mí misma desviando sus miradas, concentrándome en un punto fijo que era el colchón junto al abdomen de Sunghoon—. Lo haré.

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