Cap. 44

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Sentí una respiración en mi oído y al instante cada centímetro de mi cuerpo se encontraba con la piel enraizada.

Su olor me inundó las fosas nasales y a continuación sentí un pequeño beso en la comisura de mis labios.

- Buenos días gatita- Susurró con la voz ronca sobre mis labios haciendo que abriera mis ojos con una pequeña sonrisa.

- Hola- Susurré en respuesta.

- ¿Cómo has dormido?- Preguntó mirándome fijamente y después retiró con delicadeza un mechón rebelde de mi rostro.

Atrapé mi labio inferior entre mis dientes mirándole fijamente a los ojos.

Estaba siendo tan cuidadoso conmigo. Entonces, ¿Por qué una parte de mí pensaba que aquello estaba mal?

- Bien- Respondí simplemente metida en mis pensamientos.

Me regaló una bonita sonrisa y después besó mi frente.

- Me alegro. Yo también he dormido genial- Dijo escondiendo su cabeza en el hueco de mi cuello.

Instintivamente llevé mis manos a su cabello acariciandolo con cuidado.

¿Cómo podía hacerme sentir tanto con un simple roce?

Cerré los ojos deseando que ese sentimiento de paz que tenía no se fuese nunca.

Tras unos minutos de silencio Ed se sentó en la cama mirándome desde arriba.

- Tenemos que hablar- Dijo serio mirándome a los ojos.

Y se fue la paz.

Suspiré apartando la mirada pero aun así asentí. Me senté quedando así frente a él y comencé a jugar con mis manos esperando a que comenzara a hablar.

- Amanda, con ella no tengo nada. Me engañó diciendo que solo quería compañía y yo la creí- Asentí de nuevo sin mirarle todavía- Dios Alex estaba tan cabreado porque elejiste a Isaac por encima de mí que no sabia lo que hacía. Quería hacerte sentir lo mismo, que sintieras ese horrible dolor y por eso te la presenté pero cuando te fuiste como si no te importara nada me enfadé. Me enfadé tanto que no me importaron mis sentimientos y...

Mi corazón estaba totalmente estrujado cerré los ojos.

- Os acostasteis- Dije casi sin voz.

- No- Saqué todo el aire de mis pulmones- Casi lo hacemos, nos besamos yo no pensaba en nada en esos momentos pero bastó con pensar un segundo en ti y la paré. No pude hacerlo.

Sentí sus dedos en mi barbilla obligándome a mirarle a los ojos.

En cuanto los abrí nuestros ojos chocaron haciéndome estremecer.

- Pero la besaste- Dije para después morder mi labio.

- No significó nada.

- Ya- Dije y me levanté de la cama alejándome de él.

- No me jodas Alex, no puedes decir que te enfada eso no fui yo el que te dejó por otro- Dijo con el tono elevado levantándose para encararme.

- ¿Qué?- Le miré incrédula- ¡No te cambié por Isaac maldita sea! Simplemente le ayudé después de que le dieras una paliza de muerte. Ed yo no te obligué a irte, ese día fui a tu casa dispuesta a arreglarlo ¿Sabes? Y cuando te vi no parecias tan destrozado como aseguras. Yo también me enfadé pero a diferencia de ti mi primer impulso no fue lanzarme a Isaac en busca de una venganza.

Nuestras respiraciones estaban agitadas.

- ¡Me gritaste como si yo tuviera la culpa! ¡Solo te defendi de él y lo único que se te ocurrió a hacer fue ir en su ayuda!

AlexiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora