Cerré la puerta de mi cuarto dejando todas las maletas a un lado de la puerta.
Vaya, Dany no ha mentido cuando ha dicho que la habitación me encantaría. Pensé mientras observaba el cuarto con la boca abierta.
Era enorme, en lo primero que me fijé fue en en el gran ventanal que daba a un gran balcón con vistas al jardín delantero.
Nada más entrar, en el suelo, había una alfombra redonda blanca con un sofá, unos cuantos pufs de colores y una tele de plasma en frente sobre una cómoda de color blanco.
En medio de la habitacion una gigantesca cama de matrimonio con una mesita de noche a cada lado, también había un bonito escritorio que hacía esquina, con un ordenador portátil blanco sobre él.
¿Eso es para mi?
Pensé asombrada.
Al lado del escritorio se encontraba una gran estantería.
En la misma pared había dos puertas, abrí la primera con cuidado.
¿Qué es esto?
Era un ¿Cambiador? En el campamento teníamos armarios compartidos y la verdad eran enanos. Esto era una especie de cuarto con muchas valdas, perchas y cajones.
Mi ropa no ocuparía ni la mitad del vestidor.
Cuando terminé de contemplar todo eso imaginándome lo triste que se vería mi poquita ropa ahí, entré en la siguiente puerta.
Esta se trataba del baño, tenía una gran ducha, al lado se encontraba una enorme bañera redonda, luego estaba el inodoro y una encimera con dos grifos, cajones y un gran espejo.
Era muy bonito, siempre había sido una chica que se conforma con muy poco, esto era demasiado.
Dejé esos pensamientos a un lado y por primera vez en mi vida, me dispuse a darme un relajante baño y a disfrutar de estas comodidades.
Aunque fuera solo por ese día, pensaría en mí y me relajaria.
Puse el cerrojo de la puerta de la habitación y me adentré de nuevo al baño, busqué por los cajones alguna toalla mientras la bañera se llenaba y cuando la encontré me desprendí de la ropa, me deshice la coleta y después entré con cuidado a la bañara sintendo el agua caliente chocando con mi piel y relajando mis músculos.
Mientras dejaba que mi cuerpo se relajara, me coloqué los auricilares en las orejas poniendo música para desconectar totalmente del resto del mundo.
Cuando terminé de bañarme envolví la toalla en mi cuerpo y salí en busca de mi ropa.
Me puse unos pantalones cortos grises de estar por casa y una camiseta de manga corta azul, y me hice un moño para estar más cómoda mientras desempacaba mis cosas.
Puse mis maletas encima de la cama y de repente escuché como llamaban a la puerta.
- Hola Alex- Dijo Ashley mirándome cuando abrí la puerta.
- Hola- Le respondí con una sonrisa- ¿Qué ocurre?
- Me preguntaba si..¿Quieres jugar conmigo?- Dijo tímidmente.
- Vaya, es que estaba apunto de deshacer las maletas- Le dije apretando los labios. Ella puso cara de decepción.
No puedo dejarla así.
-¿Quieres ayudarme?- Le ofrecí. Los niños me pierden.
- ¿No te importaría?- Yo negué con una sonrisa y le hice una seña para que entrara- Genial, vamos.
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Alexia
Teen FictionAlex, una chica normal dentro de lo que cabe. Con un carácter un tanto impulsivo y muy dura de pelar. No muestra sus sentimientos a nadie desde que perdió a sus padres a una muy temprana edad. Desde entonces no ha vuelto a ser la misma. Hasta que un...