Sólo se escuchaba el ruido de los coches pasando a nuestro lado y el murmuro de algunas personas que ya andaban por las calles. No quedaba nada para que amaneciese.
La gente me observaba de pies a cabeza, cuando pasaba por mi lado y yo cada vez estaba mas molesta ¿Tenía monos en la cara?
- ¿Por qué me miran así?- Le susurré a Ed cuando ya no soportaba las miradas de la gente.
Él giró su cabeza hacia mi. Estaba sonriendo divertido. ¿Qué le hace tanta gracia? Me miró atentamente y después volvió a mirar al frente.
- No tengo ni idea- Dijo y después apretó los labios intentando reprimir una carcajada que al final salió haciendo que lo mirase enfadada.
- ¿Por qué narices te ríes?- Le dije elevando la voz. Me miró de reojo.
- Me gusta tu pijama.
- ¿Qué demonios...? Oh, mierda- La voz se me fue apagando hasta que solo fue un simple susurro.
La sangre subió a mis mejillas y miré mi atuendo.
Los pantalones eran rosas de pijama con pingüinos y encima la sudadera escondiendo la camiseta de tirantes color azul. Miré a Edward e inmediatamente me puse tras él en un intento estúpido de esconderme de las miradas de la gente. ¿Cómo no me había dado cuenta?
Apoyé mis dos manos en sus hombros y mi frente en su espalda cerrando los ojos muerta de la vergüenza. Noté como todos sus músculos se tensaban y después lo escuché hablar.
- Alex, te ven de todos modos- Dijo en voz baja y ¿dulce?
- Vamos a alguna tienda- Le dije también en voz baja- Necesito cambiarme.
Paró y se dio la vuelta poniéndose frente a mi.
- Llevas todo este rato así, solo quedan unas manzanas y llegaremos a casa. ¿Qué importa?
- ¡Importa mucho!- Grité y al darme cuenta de mi elevado tono, baje la voz- Por favor, no puedo andar así.
Ed suspiró rindiéndose. Qué fácil ha sido. Pensé sonriendo para mis adentros.
- Bien, el problema está en que no creo que haya ninguna tienda abierta a primera hora de la mañana- Miró a nuestro alrededor intentando encontrar algún sitio donde poder comprarme ropa.
Yo imité su gesto.
- ¿No conoces ningún sitio que abra las veinticuatro horas?- Pregunté mordiéndome el labio.
Cada vez había más gente en la calle y yo lo estaba pasando cada vez peor. Se rascó la barbilla pensativo.
- Vamos, creo que podemos encontrar algo en un lugar que hay aquí cerca- Dijo sujetandome la mano y comenzando a andar.
¿Sujetandome la mano? Miré asustada nuestras manos entrelazadas mientras íbamos esquivando a las personas y luego levanté mi vista a su rostro. Él miraba al frente con tranquilidad.
Giramos en una calle parando frente a una pequeña tienda y entramos haciendo sonar una campanilla que había sobre puerta.
No era muy grande pero la ropa que había estaba bien. Andamos por uno de los pasillos cuando una voz sonó a nuestras espaldas haciéndonos girar.
- ¿Os puedo ayudar en algo?- Preguntó una chica sonriéndonos.
Era joven, alta, vestía una falda demasiado corta para mi gusto y una camiseta un tanto estrecha. Llevaba unos tacones altísimos haciendo que sus piernas de modelo se notasen todavía mejor y llevaba el pelo suelto que le caía sobre los hombros.
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Alexia
Teen FictionAlex, una chica normal dentro de lo que cabe. Con un carácter un tanto impulsivo y muy dura de pelar. No muestra sus sentimientos a nadie desde que perdió a sus padres a una muy temprana edad. Desde entonces no ha vuelto a ser la misma. Hasta que un...