Cap. 11

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- Hemos llegado- Dijo Dany cuando entramos en casa.

Los dos caminamos hasta el salón donde se encontraba Sam sentada en el suelo con un montón de papeles sobre la mesita pequeña que había frente al sofá.

- Hola chicos- Nos saludó con una sonrisa.

Le saludé con un movimiento de mano y una sonrisa.

- ¿Que tal el día?- Preguntó mientras su hijo se acercaba y le daba un beso en la mejilla.

Cristian llegó detras de nosotros.

- Hola chicos- Dijo dandonos una palmadita en la espalda a los dos.

- Hola Cristian- Le saludé.

- Papá- Dijo Dany a modo de saludo.

- Hola mi vida- Se acercó a Sam y le dio cariñoso beso.

Se notaba a distancia el gran amor que se tenían, sólo bastaba verles la cara cuando se tenían delante uno al otro.

Cristian comenzó a decir algo pero no presté atención ya que un recuerdo invadió mi mente haciendo presente un leve dolor en mi estomago.

-flashback-

- Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos Alex cumpleaños feliz- Cantaba mi madre mientras se acercaba con el pequeño pastel a la mesa de la cocina, donde yo estaba sentada.

- Pastel de chocolate, mi favorito- Dije ilusionada.

- Feliz cumpleaños- Susurró mamá.

Dejó el pequeño pastel frente a mí en la mesa y me dio un beso en la frente.

- Debes pedir un deseo al tiempo que soplas las velas ¿Preparada?

- Lo estoy- Dije sonriendo.

Cerré los ojos apretandolos con fuerza.

No me costó mucho encontrar mi deseo, lo tenía pensado desde que él se fue.

Apreté todavía más los ojos.

Vuelve papá. Dije en mi interior. Te echamos de menos.

Cogí todo el aire que pude y dejé que saliera apagando así la pequeña mecha de las velas.

Mi madre aplaudió cuando abrí los ojos.

- Muy bien princesa- Me dijo y comenzó a cortar la tarta.

De repente sonó el timbre haciendo que las dos nos mirasemos divertidas.

- Voy yo- Dijimos a la vez.

Y saltamos de nuestros sitios para luego empezar a correr por el pasillo.

Esto era una de las cosas que más me gustaba hacer con mi madre, cada vez que sonaba el timbre haciamos una carrera para ver quien lograba llegar antes.

Al llegar frente a la puerta paramos a mirarnos mientras reiamos y recuperabamos el aliento.

- Ya abro yo- Me dijo dándome un beso.

Asentí con la cabeza sin dejar de sonreir.

- Dios mio- Escuché que susurraba.

Me acerqué para asomar mi cabeza y quedé igual de petrificada que mi madre al ver quien estaba allí.

Había venido. Mi papá había venido a celebrar mi cumpleaños y eso era el mejor regalo que me podría haber dado.

- Mami- Sujeté con fuerza su mano.

AlexiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora