Cap. 35

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Salí del baño envuelta en una toalla y caminé descalza hacia el vestidor.

Eran las dos de la madrugada y el silencio predominaba en el ambiente por primera vez en todo el día.

Encendí la luz de manera que el vestidor era el único sitio iluminado de la habitación y bueno, de la casa.

Habían pasado dos semanas desde 'la gran pelea' como la llamaba Ashley.

Desde entonces nada había vuelto a ser lo mismo entre Cristian y Dany. Y para que mentirnos, nada había sido igual entre ninguno de nosotros.

Dany apenas salía de su habitación para ir al instituto, el único sitio donde podía ver a Javi, que también estaba cambiado ya que se sentía culpable de todo aquello.

No comía bien, no dormía bien, ya no sonreía. Evidentemente entre él y Cristian la comunicación era nula. Aunque de vez en cuando Cristian le seguía echando esas miradas de desaprobación que nos dolían tanto a todos.

Ash, Sam y yo desde lo ocurrido estábamos más unidas y cada tarde salíamos a pasear o nos encerrábamos  con Dany en su cuarto durante horas e intentábamos distraerlo.

Cristian era el más cambiado. Cambió radicalmente desde lo ocurrido y pasó de ser el padre divertido, cariñoso y amable a ser el padre tosco que era ahora.

Suspiré.

Busqué entre mi ropa hasta dar con una maya negra larga y una sudadera enorme color granate que me dejó Isaac hace dos días.

Aspiré su olor y sonreí.

Isaac...entre él y yo las cosas si que habían cambiado. No estábamos saliendo como pareja oficial aunque todo el mundo creyese eso, simplemente éramos...No estoy segura de que éramos exactamente.

La verdad es que si que había mucha complicidad entre nosotros. Pasábamos más tiempo juntos que nunca y ya estaba más que acostumbrada a su presencia.

Volví a suspirar.

Me vestí y caminé de vuelta al baño donde me cepillé el cabello dejándolo suelto.

De todos los días que habían pasado desde entonces, ese había sido el peor.

Sam desde lo sucedido durmió todos y cada uno de los días en el cuarto de Ash y su comunicación con Cristian era cada vez más escasa cosa que no les hacía bien como pareja.

Aquel día discutieron tan fuerte que tuve que sacar a la pequeña de casa para que no escuchase los gritos de sus padres.

Cuando volvimos Cristian ya no estaba y Sam no dejaba de llorar desconsoladamente.

No fue hasta la una que llegó Cristian con los ojos rojos y sin mirarnos si quiera se encerró en su habitación.

Ese es el motivo por el cual me había dado un baño a las dos de la madrugada.

Me tiré en la cama boca arriba y contemplé el techo distraída.

Esta familia se estaba rompiendo poco a poco.

***

Escuché el sonido de mi móvil en la mesita de noche y estiré mi brazo agarrándolo.

No sé exactamente a que hora me quedé dormida pero ya eran las siete de la mañana.

Me estiré en la cama y tras unos segundos de relajación me obligué a levantarme.

Una vez preparada y con la mochila en el hombro salí de mi habitación encontrándome de frente con Cristian que me miró serio.

AlexiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora