Alexia

Cap. 8

Por la tarde Ash me pidió que saliera con ella a dar una vuelta para presentarme a su amigo así que no tuve más remedio que aceptar.

Salimos de casa y Ashley corrió hacia la casa de enfrente mientras Dany que también había venido y yo cruzábamos la calle andando tranquilamente.

Cuando llegamos, Ash llamó al timbre sin perder más tiempo.

A los pocos segundos una cabecita asomó por la puerta tímidamente.

- Diego ven, quiero presentarte a mi nueva hermana- Le dijo dándole y arrastrandole fuera de casa.

Solo con ver sus ojos recordé al instante de quien se trataba.

- Ya nos conocemos ¿Verdad?- Le saludé sonriendo.

- Es cierto- Sonrió mirandome- ¿Ahora eres hermana de Ashley?- Asentí.

- Que bien que os conozcais- Dijo Ash sonriendo- Va a venir con nosotros al parque.

- Hombre, a quien tenemos aquí- Se escuchó esa irritante voz que ya conocía- ¿Qué tal gatita?.

- Edward- Dijde de mala gana.

- Sabía que no aguantarias mucho sin verme.

- Creido- Solté fulminandolo con la mirada.

- Tus insultos me hieren el alma- Dijo llevándose las manos al corazón fingiendo dolor. Luego rodó los ojos- No, en realidad solo me demuestran lo infantil que eres.

- ¿Infantil yo?- Pregunté incrédula.

- Hey, no empecéis otra vez- Se metió Dany interrumpiendome- Vamos.

Se giró comenzando a andar con los pequeños por delante.

Edward y yo nos miramos durante un rato en silencio y después comenzamos a seguirle en silencio.

Andamos hasta el mismo parque en el que había estado por la mañana.

Los pequeños jugaban riendo sin parar. Dany y el otro hablaban de algo que ni me interesé en escuchar y yo permanecí sentada a su lado mirando mi móvil pero sin hacer nada con él.

- ¿Nos compráis un helado?- Preguntó Ashley acercándose a nosotros.

- ¿Ahora?- Dijo Dany- No.

- ¿Por qué?- Preguntó con un puchero- Por favor, uno de fresa.

- No voy a compraros un helado- Sentenció cruzándose de brazos.

- No seas malo- Le dije frunciendo el ceño- Si no quieres ir, iré yo- Me levanté del banco.

- Gracias Alex- Gritó Asley abrazandome.

- De nada- Sonreí- Dos de fresa ¿No?.

Los pequeños asintieron emocionados.

- ¿Os traigo algo?- Pregunté a los mayores.

- Bueno, ya que vas. Uno de chocolate- Sonrió.

Negué poniendo los ojos en blanco.

- ¿Tú que quieres?- Señalé a Edward que estaba perdido en sus pensamientos.

- Vainilla con doble chocolate

- Mi favorito.

- También es el mío- Dijo mirándome a los ojos.

¿Lo he dicho en voz alta? Mierda, no era mi intención.

- Esto, pues ahora vuelvo- Me giré un poco incómoda comenzando a andar.

La verdad esque no tenía ni idea de donde estaba el puesto de los helados pero tras caminar quince minutos dando vueltas por el parque encontré el bendito puesto.