Ese día me levanté como otro cualquiera.
Me dirigí hasta el baño donde me lavé la cara y cepillé los dientes.
Recogí mi pelo en una coleta alta y después me puse unos pantalones cortos y una camiseta de tirantes negra.
Mis deportivas, el móvil, los audífonos y salí a correr.
Ese día no quedé con Javi para hacerlo. Si no que me dediqué a correr por el parque sola como el primer día que decidí salir.
Tras unas dos horas me encaminé a casa.
Al llegar subí a mi habitación procurando no hacer ningún ruido y después me desprendí de mi ropa entrando a la ducha.
Mientras el agua caía sobre mí, recordé todo lo sucedido desde que había llegado.
Pensé en toda la gente que había conocido y en todo lo que yo misma había cambiado gracias a ellos.
Me descubrí sintiendo una tristeza que jamás pensé que llegaría a sentir a la hora de la despedida.
Salí de la ducha todavía envuelta en mis pensamientos, me cepillé el cabello.
Cuando era pequeña, mi madre me peinaba todas las mañanas a la vez que me cantaba en bajito. Su voz era tan dulce que incluso con todos los ruidos de la calle lograba relajarme.
Cerré los ojos recordándole en silencio cuánto la quería e hice lo mismo con mi padre.
Sabía que estén donde estén me escucharían.
Rebusqué en el armario algo que ponerme que fuera apropiado para la ocasión y encontré un vestido azul marino sin mangas que seguro Sam me había comprado.
Era precioso. Lo dejaría para esa noche.
Cogí una falda con un estampado de flores y me puse una camiseta blanca por dentro.
Después decidí leer los mensajes que esa mañana me habían llegado.
El primero era de Javi.
*Feliz cumpleaños a la mejor amiga del mundo y la chica más especial que he conocido en toda mi vida. Te quiero muchísimo Lexi*
El siguiente era de Isaac.
*Hoy es tu gran día preciosa. Muchísimas felicidades, no sabes cuanto te quiero. Nos vemos esta noche*
Y los demás de Sergio, Héctor, Laura, Fernando... incluso Drake.
Pero ninguno era de Ed.
Dejé mi móvil sobre la mesita de noche y después salí hacia el piso de abajo.
Bastó con que pusiera un pie en la cocina para que todos saltasen hacia mí.
- ¡Felicidades!- Gritaron a la vez y no pude evitar que una enorme sonrisa se me dibujara en los labios.
Ashley me abrazó por las piernas y yo la cogí en brazos dejando un sonoro beso en su mejilla, mientras Sam, Cristian y Dany se nos unían terminando todos en un gran abrazo familiar.
- No puedo creer que ya tengas dieciocho años- Susurró Sam con lágrimas en los ojos.
- Sigue siendo mi pequeña- Dijo Cristian besando mi frente.
Después nos sentamos y me cantaron cumpleaños feliz mientras desayunabamos en familia.
Contamos anécdotas y nos reímos mucho pero pude notar que me miraban demasiado, con algo en los ojos que no podía identificar.
Más tarde Cristian y Sam salieron con Ash a comprar las últimas compras para la fiesta mientras Dany y yo preparabamos la casa para la misma.
- Alex- Me llamó mientras yo recogía la alfombra. La última vez que hicimos una fiesta terminó manchada de vómito.
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Alexia
Teen FictionAlex, una chica normal dentro de lo que cabe. Con un carácter un tanto impulsivo y muy dura de pelar. No muestra sus sentimientos a nadie desde que perdió a sus padres a una muy temprana edad. Desde entonces no ha vuelto a ser la misma. Hasta que un...