Aureum - Jihyo & Tú.

03

—Asi que eres de intercambio, por eso vivías en Australia— Asentí. —Y conociste a Lily y sus padres porque vives al lado de ellos— Volví a asentir.

—Realmente estoy sorprendida— Me dió un pequeño golpe en la pierna. —Era verdad lo de que sabías mucho coreano— Dijo, para levantarse. —Aquí puedes ver esas telenovelas en su estreno— Me dió el control del televisor. —Apenas estoy probando con verlas sin… — Empecé a buscar a palabra. Hice pequeños gestos de como era. — ¿Subtítulos? — Añadió ella, a lo que hice otra seña de qué era ese. —Asi que supongo que se me haría difícil entender mucho de golpe— Expliqué, pero ella solo seguía sorprendida.

— ¿No trabajas como modelo no? — Cortó el tema y sacó otro. —Lily me envió aquella portada donde apareciste— Explicó, negué tanto con mi cabeza, como manos. —Aquella vez solo fué porque estaba trabajando en el set como ayudante en general y el modelo… — Me volví a quedar trabado por una palabra. —Desapareció— Dije, aunque la verdad es que no fué siquiera, pero no recordaba esas palabras.

—Así que la directora me puso la ropa y me tomó fotos— Terminé de explicar.

—Aquí en Corea te iría muy bien si trabajaras como modelo, hay pocos extranjeros modelos— Opinó. —Realmente no se cómo ser modelo… — Sonreí nerviosamente.

— ¿Estudias fotografía no? — Finalmente dió con lo que si era lo mío, asintiendo firmemente yo. —Estoy de vacaciones y adelanté tantas materias que alargué mis vacaciones aún más— Seguí. —Aunque trabajo como repartidor de cosas— Aclaré, ya que se la veía muy emocionada con mi faceta de pseudo modelo.

—Trabajo en una empresa de entretenimiento, algún día podrías ir, realmente creo que te iría bien estos días aquí— Siguió con el tema, aunque recordando lo que pasó aquel día, la paga, el poco tiempo, muy probablemente le haría caso.

—Te haría bien ir, Lily estará muy ocupada, siempre lo está cada que viene, pero ahora con la mudanza permanente… — Me recordó a aquello. —Si… —Asentí. Se levantó, buscando algo, luego regresando. —Es mi tarjeta del metro de Seúl de cuando no tenía coche aún— Me dió aquella tarjeta, siendo bonita.

—Tiene algo de dinero, no recuerdo cuánto, pero es lo suficiente para que puedas ver la ciudad unos días— Me indicó. —No los fuí a buscar personalmente porque mi esposo tuvo que viajar hacia Busan en el— Se levantó nuevamente, pero ya yendo hacia su habitación.