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—Así que estás aquí porque te dieron esto ayer— Me miró de reojo la secretaria, asintiendo yo. —Ten esto, te llevarán al lugar exacto en un momento— Indicó seriamente.

Una hora de reloj después, había salido un tanto avergonzado, un tanto sorprendido, un tanto satisfecho.

Había áreas que no podía cubrir, otras donde de sobra podía, al menos la prueba fué de maravilla.

Así, una tras otra, terminando en todas las empresas.

Luego de un extremadamente arduo día de trabajo, llegando a «casa» pude dejarme caer en el prácticamente nuevo sillón de la sala, colocando la televisión, y obviamente, uno de mis dramas pendientes.

Sentí vibrar un par de veces mi celular, instintivamente revisándolo.

— ¡Hola, soy Haewon! — Era el primer mensaje. —Le pedí tu número a Lily— El segundo. Dejé caer el celular del cansancio, además de prácticamente dormirme en medio.

Desperté en el mismo sitio, ya que mis padres estaban a catorce mil kilómetros y ya estaba algo mayor. Me levanté, yendo a tomar algo de agua, o al menos, esa era la intención.

—Hola… — Escuché desde detrás, un susurro muy tenue. Volteé tan rápido que casi me desnuqué, aunque nada, estaba solo. — ¿Acaso no te gusto? — Volví a escuchar, pero teniendo aquella voz más cuerpo.

—Eres malo— Aquella voz seguía, quizá en mi cabeza. — ¿Por qué no me respondiste? — Finalmente se delató. —Oh… ahora sabes quién soy— Seguido de una pequeña risa.

— ¿Haewon? — Pregunté, finalmente hablando. —Lily me ha contado mucho más de lo que creerías de ti— Vi como se asomaba por la cocina, pese a la tétrica situación, no me estaba dando miedo.

Empezó a acercarse. Y con ella desapareciendo el miedo. Se paró frente a mí, sonriendo hermosamente. —Al menos aquí si puedes ser feliz conmigo— Se acercó un poco más incluso.

—Lily tiene mucha razón en todo lo que te dijo sobre mi— Puso sus manos en mis hombros. — ¿Ves que no es tan difícil? — Empezó a moverse un poco, llevándole el ritmo y convirtiendo aquello en un vals.

—Solo tienes que intentarlo, no te lo pondré tan difícil— No dejó de tener aquella sonrisa tan linda. —Te prometo que todo saldrá bien conmigo— Una pequeña tocada de piano diegética o quizá extra diegética, no lo sabía bien.

—Puedo enseñarte tantas cosas… — Miró encima de mi. —Y tú tantas a mí… — Volvió a mirarme, el piano armonizando a la vez, dándole más peso del que pudiera expresar.

Si bien, todo aquello empezó con un asiduo miedo hacia todo, no era más que un buen camuflaje a la paz que estaba sintiendo.

Como un chasquido de dedos, todo aquello se desvaneció, dejándome paso a la luz del televisor, luego lentamente viendo mi celular.

Lo abrí, buscando la aplicación de mensajería y el chat de Lily.

—No creerás el sueño tan extraño que acabó de tener— Fué mi mensaje.

Aureum - Jihyo & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora