—Creo que antes de que salga el album deberías de escuchar unas de las canciones cantada por la artista original— Mi hermana me miró incluso con miedo, principalmente por el hecho de que dije aquello de la nada y sin venir a cuento.Me levanté, sabiendo quien estaba esperando en la puerta, abriendo la puerta, dejando pasar a Rosé, viendo cómo mi hermana no podía siquiera gesticular bien.
—Hola… — Dijo apenada la novia de mi hermana. Ella no le respondió, no con palabras al menos, la saludó con la mano.
—Creo que es hora de que yo me vaya a mi habitación— Empecé a caminar, parandome Rosé. —Mejor quédate— Me dijo algo bajo, sin entender el porqué de mi presencia allí.
Lo entendí cuando aquellas dos no podían intercambiarse dos palabras sin dejar de hablar por los nervios.
—Te he ocultado algo— Miré a Rosé. —Bueno, hemos— Me corregí. Saqué mi celular, conectándolo a los convenientes monitores de estudio que mi hermana me miró raro al ponerlos en la sala.
—Han pasado cosas, la tienes fácil— Le susurré en el oído a Rosé, quién se estaba preparando para cantar.
Finalmente, podía irme una vez había hecho mi trabajo, aunque solo fuí a la cocina, abriendo una de las tantas tazas que la madre de Jihyo me envió con su hija y que parecía no parar no importase qué.
Me apoyé viendo la sala y comiendo un poco, al menos lo frío no importaba tanto en el sabor de lo que estaba comiendo, de lo cual no sabía ni el nombre.
Solo podía ver cómo aquellas dos volvían a estar bien, Rosé se desenvolvía mucho mejor cantando que hablando, y mi hermana estaba tan enamorada que no necesitaba ni de traducirse la letra, esto solo estaba haciendo que se enamorara más.
En medio de aquello, miré lo que estaba comiendo otra ves, recordando un par de cosas, tapandolo, llevándolo al refrigerador y dejándolo allí.
Luego de lavarme las manos, aquellos dos ya se estaban dando un abrazo, recordándome a lo que nisiquiera llegué yo.
En medio de aquello, la puerta comenzó a sonar, buscando mi celular, revisando que mi manager no me hubiera avisado de si vendría por algo, pero antes de ver aquello, la puerta se abrió, viendo todos allí presentes a la persona que la había abierto.
La conmoción fué tanta que incluso mi hermana ahogada con sus sentimientos de amor, volteó a verme extrañada.
Jihyo dió una repasada, viéndonos a todos, quedandonos parados unos cuantos segundos, esperando a que alguien rompiera el hielo de la situación, siendo yo, para darme la vuelta e irme a mi habitación, cerrando está con llave.
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Aureum - Jihyo & Tú.
FanfictionNo todo lo que brilla siempre es oro... aveces suele ser incluso mejor.