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— ¿Era hoy? — Pregunté al ver a Tsuki del otro lado de la puerta, asomándose del otro lado Giselle. — ¿Por qué estás aquí? — Le pregunté tontamente. Me miró, luego a Tsuki, nuevamente a mí.

Me revisé, recordando que no llevaba pantalones, aunque si una camisa de varias tallas por encima de la mía. Me apené un momento, pero luego recordé mi historia. —Tenía mucho calor— Di un paso hacia atrás. —Aunque no nada que no haya visto nadie en el mundo— Me di la vuelta, dejando la puerta abierta y yendo a buscar algo para al menos no estar descubierto todo el día.

—Creo que me mudaré pronto, hace demasiado calor aquí aunque encienda el aire acondicionado— Dije llegando a la sala, estando ambas en el sofá.

Me di cuenta que no estaba el proyector, yendo a buscarlo, siendo aún más pesado que los otros. —Compré otro— Lo dejé caer al lado de Giselle. —Realmente pensarás que soy un loco con los proyectores— Reí un poco de la vergüenza.

Ella negó, pero yo me senté en el apoyo de los brazos, estando casi encima de ella.

—Contraté gente para reforzar la puerta, además de que comprobarán todo el departamento por cámaras, esta vez no deberías de preocuparte— Dije en inglés, para una de los obviamente.

—No me preocuparía si estuviéramos realmente solos— Respondió ella aún en inglés. —Ya veremos— Respondí yo, terminando en inglés y jugando un poco.

Terminé de configurar todo, pero la luz que emanaba el proyector era demasiada, al punto de tener que bajarle un poco, además de conectar el nuevo sistema de sonido que recientemente había adquirido.

Me senté en el medio de ambas, empezando la lista de reproducción.

Por suerte, esta vez era algo de acción, la suficiente para no llorar tanto, aunque acción era la que pasaba inadvertida por parte de Giselle, jugando un poco con mi mano.

No sabía muy bien que tanto se conocían ellas, pero me sentía mal no dárselo a Tsuki, tomando mi distancia respectivamente.

Terminaron pasando dos horas, llegando a la mitad, tomando un descanso para mover un poco el cuerpo, yendo a la cocina, abriendo el refrigerador, notando que tenía más botellas de alcohol que comida, cortesía de las chicas de Twice, por cada disco de diamante me dieron una, y no fueron pocas al final.

—No pensé que te gustará tanto el alcohol— Escuché a mi espalda. —Realmente no me gusta— Sonreí, nerviosamente, Tsuki parecía entretenida viendo aquella escena. —Me da dolores de cabeza y problemas en el estómago— Aclaré, viendo cómo una mano sacó una botella de vino. —A mi si me gusta— Dijo una Giselle viendo la etiqueta.

—Son de muy buena calidad— Se acercó más a verlas. —Me las dieron las chicas de Twice, son expertas en el alcohol— Expliqué.

Tomó uno de los saca corchos que había dejado por allí al meter las botellas, abriéndolo rápidamente. —Todos somos mayores de edad— Empezó a echar un poco en un vaso de vidrio. —Y ambos no pueden negarse por ser menores que yo— Aclaró, llenando dos vasos.

—Puedes tomarte el mío, yo no soy asiático, si no quiero tomar, no lo haré— Respondí, aunque en el mismo juego de su voz, mucho más serio.

Pese a que no quería, Tsuki si, compartiendose ambas mi vaso.

Aureum - Jihyo & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora