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—Y eso pasó con ellas dos— Puse al día. —Vaya… — Escuché como suspiró. —Me sigue pareciendo curioso que tanto decías que querías estar con una coreana y has estado más con dos japonesas que una coreana— Bromeó. —Giselle es medio coreana— Corregí, aunque seguía siendo lo mismo.

—Aún así, se siente raro, no me ha pasado porque pocas veces me han gustado personas en la vida, pero no corresponder a alguien enamorado se siente muy mal— Expresé. — ¿No te dijeron que ella estaría feliz con solo ser tu amiga? — Interrogó, confirmé aquello. —Pero aún así, ponte en su lugar, ser amiga de quién te gusta mucho y esa persona no termina de corresponderte— Coloqué la situación, haciéndola pensar. —Tienes un poco de razón, me sorprende que seas tan empático en estas situaciones— Opinó. —Hasta donde me habías contando, mi amiga fué tu única novia y pensé que te volverías muy egoísta luego de ella— Sacó.

—No me la recuerdes, pensar que podría estar con Giselle, Tsuki o Haewon hace que me sienta mal por haber dado tanto por alguien que le importó tan poco— Me acomodé en el asiento. —Me recuerda mucho a Tzuyu, aunque mil veces mejor en el físico e incluso empatía— Comparé.

—No esperé que te tratase así— Respondió. —Ahora que recuerdo… — Me acomodé. —Te conté la vez que Jihyo me llevó al dormitorio de ellas, pero no lo que pasó en profundidad— Indiqué.

Una media hora de explicación después.

— ¡¿Cómo pudiste olvidarte de decirme que estabas enamorado de Jihyo?! — Prácticamente gritó. —Lo siento… — Susurré prácticamente. —La próxima vez que te vea, prepárate— Amenazó. — ¿Cómo puedes estar con otras dos chicas estando enamorado de Jihyo? — Regañó. —Solo quería ver algo con Tsuki, Giselle fué porque quiso… — Me excusé.

—Aún así, deberías de aclararle las cosas a Tsuki— Escuché como respiró enojada. —Aquí es donde recuerdo tu verdadera forma de ser tan despreocupada y relajada— Siguió con el regaño. —Me pediste mantenerte con los pies en la tierra, que no se te olvidé quién eres y de dónde vienes— Parecía mi propia madre.

Aunque era dura, era lo que necesitaba. —Eres demasiado inteligente, pero tan tonto para el amor— Finalizó.

— ¿Tan lejos estábamos? — Pregunté a mí manager luego de mirar que nos faltaba media hora a Seúl. Asintió. —Estabamos al otro lado del país, te quedaste dormido recién salir de Seúl— Indicó.

—Todo ha salido muy bien últimamente, ¿No? — Pregunté, haciéndola pensar, pero asintiendo al final. —Increiblemente no has causado ningún otro escándalo— Respondió.

—Y Jihyo no ha tenido que preocuparse por ti tampoco— Sacó, llevando mi atención a ella. —Han estado ocupadas con su propio regreso, yo estoy a medias del mío y haciendo otro a la vez, no me da tiempo ni de sentirme mal por mi— Reí un poco.

En medio de aquella risa, sentí un fuerte golpe, seguido de un recorrido eléctrico por todo mi ser. Luego de un par de fuertes movimientos salvajes y un sonido horrendo.

En el momento que mi vista se restauró, pude ver cómo había humo, mis oídos solo escuchan un sonido agudo, mi cuerpo no respondía a absolutamente nada.

Cuando bajé un poco mi vista, pude ver cómo tenía clavados varios metales en el cuerpo, perdiendo la conciencia más rápido de lo que esperaba.

Un sonido de monitoreo cardíaco me despertó, tomando mucho aire a la par que sintiendo mucho dolor.

Abrí los ojos, viendo un techo blanco y mi cuerpo lleno de vendas y dos vías intravenosas.

Alcé un poco mi vista, viendo un claro cuarto de hospital, con unas vistas a la ciudad.

Miré en busca de algo para llamar a alguien, pero no había nada, quedándome estático por diez minutos, llegando una enfermera, luego dos, multiplicándose hasta llegar a diez mas un doctor.

Pese a mi estado, terminaron explicándome que hubo un accidente grave en mi caso, causado por una sassaeng que no sabía conducir muy bien y nos chocó fuertemente.

Además de las operaciones que me hicieron, sacando aquellas cosas de mi y por suerte cicatrizando de forma que no hubiera un antes y después tan evidente, metiéndose cirujanos plásticos de renombre en aquello.

Pese a todo, únicamente me dijeron que en seis meses reposo absoluto, había perdido parte del cartílago de un hombro y dañado un poco el muslo derecho.

En medio del aburrimiento, alcé un poco cada mano, notando como me dificultaba mucho subir la izquierda, adivinando muy fácilmente cuál hombro tenía peor.

La derecha fué como si nada, dándome cuenta que tenía un bonito anillo en mi mano, intentando recordar si era de aquella grabación.


























































Las cosas no nos pueden salir tan bien por mucho, recuerdenlo.

Aureum - Jihyo & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora