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— ¿Quién es ella? — Preguntó mi hermana recién vió a la invitada. —Giselle, vemos cosas de «chinos» — Enfaticé. así que puedes irte a cualquier otro sitio— Aclaré, volteando a ver otra vez a Giselle, estando vestida extremadamente linda, en comparación a la prácticamente pijama que llevaba yo.

Mi hermana empezó a ver a todos sitios, sin encontrar algo fundamental. — ¿Seguro que verán algo? — Cuestionó. —Puedo irme si van a necesitar estar solos— Insinuó.

Empecé a caminar, llegando al sofá, encendiendo el proyector. —No era una lámpara de noche— Aclaré, sorprendiendola. Giselle dijo que le sorprendió también, pero no entendió. —Dice que le sorprendió también a ella al principio— Traduje. —Sabe hablar inglés también, pero por lo visto tú no aún— Le Indiqué sentarse.

—Me quedo a ver lo que vean ustedes— Propuso, a lo que miré a Giselle, sin entender. —Dice que se va a quedar— Señalé a mí hermana con desgana.

Esta se puso nerviosa. — ¿No vamos a estar solos? — Preguntó aún en su peculiar estado, negué. —Dice que si no quieres irte— Traduje a mí favor. —Dijo que si no iban a estar solos, no eso— Me corrigió, entendiendo aquello.

—No quiero literalmente sacarte a la calle, así que por favor— Imploré. —Una mala paz es mejor que cualquiera de las guerras— Pedí, mirándome raro. — ¿Eso no era de un filósofo griego? — Cuestionó, a lo que ni yo mismo recordaba. —El punto es solo no pelear, ¿Podemos? — Pregunté sin fuerzas ya.

Asintió. —Ahora ayudame a hacer ramen, le dije que le daría— Señalé a Giselle nientras iba a la cocina a sacar todo.

Por suerte, si en todo éramos disperfectos y conflictivos, en la cocina eramos un dúo Michelin.

Coloqué algo de entretenimiento para Giselle y mientras nosotros dos dejamos haciendo todo aquello para media hora después, por fin empezando a ver lo que teníamos pendiente.

—Tienes suerte que fué fácil encontrar los subtítulos, y de que a ella no le moleste— Insinué sobre la otra chica.

El transcurso fué normal, altibajos según la animación nos pedía, aunque en cierto punto terminé con Giselle más cerca de mi, y una mano un poco más arriba de mi rodilla.

Tampoco es que me estuviera quejando.

—Voy a chequear la comida— Dijo mi hermana, llamando nuestra atención, yéndose luego, intensificando todo lo que estuviera haciendo la medio japonesa, siendo muy susceptible yo además.

Quizá el que mi hermana siguiera ahí no había sido tan mala idea, estaba tan confundido que no quería saber nada más de amor en un tiempo, aunque, quitando el amor, estaba rodeado gente tan hermosa que empezaba a pensar que ser tan cerrado iba a ser un desperdicio.

—Deberías venir— Gritó mi hermana desde la cocina, llamando mi atención, me levanté, yendo. —Creo que todo está ya— Me dió a probar, sabiendo tal cual tenía que saber. Servimos y llevamos las tazas.

Una vez más, por tantísima vez en el día, Giselle estaba sorprendida y sin saber que decir o hacer. —No sueles ser tan tímida— Cuestioné retóricamente.

Coloqué algo en medio que los tres pudiéramos ver sin aburrirnos, terminando de comer, llevando todo y volviendo a la programación normal.

Y una vez más, tenía a una de las personas más hermosas encima de mi, y al lado, mi molesta hermana.

Aureum - Jihyo & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora