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—Wow… — Escuché desde el otro lado del teléfono. —Nosotras tenemos algunas advertencias, pero prohibiciones como tal, ninguna— Explicó.

—Estoy en un punto medio entre ser y no ser— Respondí ambiguamente. —La única obligación que realmente tengo, es hacer dos canciones enteras por semana, quitando mi nuevo trabajo— Expliqué un poco.

—Quizá puedas trabajar con nosotras en nuestro debut… — Insinuó. —Me estaré esforzando para llamar la atención de JYP antes de que debutes, lo prometo— Dije algo alegre.

—Realmente sería como un sueño… — Quizá se le había salido aquello. —Todo está a nuestro favor, JYP trabaja con pruductores y compositores extranjeros, yo soy uno— Expliqué, mientras me levantaba por un vaso de agua.

—Podría ayudarte mucho con mi voz, no soy Lily, pero creo que conoces bien mi voz ya… — Pese a lo tierno de aquello, solo me la imaginé gritándome. —Siempre y cuando aceptes que soy mayor y tengo más autoridad en el estudio, podría aceptarlo— Dije, pensando en que se enojaría, aunque más bien, tardó un par de segundos en responder.

— ¿Haewon? — Pregunté ante aquello. —Está bien, está bien— Se notaba un poco retratada. —Nunca pensé que fueras a aceptar la realidad— Bromee, jugando mi vida con la muerte.

— ¿Quieres morir? — Finalmente apareció la dama segadora. —Quizá— Aunque tenía ganas de jugar. — Espero que la próxima vez que nos veamos hayas entrenado mucho tus piernas, niño insolente— Respondió con una obvias ganas de que hacerme.

—Intentalo, quiero ver qué hacen un metro sesenta contra uno ochenta y cinco— Finalmente había tenido coraje de decir algo como aquello.

—Te sorprenderías— Fué su respuesta ante aquello. —Y tú de mi— Dije entre risas.

Se quedó callada por otro lado de segundos. —Cambiando un poco el tema… — Quiso cambiar el tema cuando justo yo iba ganando.

—Tod— Fueron mis únicas cosas dichas cuando ella empezó a hablar. —Gané hace poco una cena en un restaurante fuera de la ciudad… — Dijo, a mí que obviamente me quedé callado.

—Te doy la oportunidad de ir conmigo solo si prometes hacernos una buena canción de debut— Pidió. —Acepto— Dije obviamente. —Podré no ser el productor más longevo ni experimentado, pero ya no es necesario hoy día— Me escudé.

La conversación siguió con un poco de aquello y esto, pero relajandonos un poco y uniéndose Lily.

Al finalizar, me envió el lugar de la cena, el día y hora.

Y más tarde que pronto, ya estaba allí, con ropa de etiqueta, debido a que era solicitado.

Pese a ser de parte de ella, llegué yo primero, entrando y esperándola dentro. Al momento de llegar, pensé que era una vez más, aquel sueño, más que por planos, por sentimientos encontrados.

Aunque verla elegante en un vestido era mucho mejor que casual.

— ¿Es un poco raro vernos así? — Preguntó, sentándose. Negué. —Creo que a ambos nos queda bien la estética— Sonreí nerviosamente.

Miré a mi izquierda, mirando todos los rascacielos de Seúl a lo lejos. —Es muy lindo desde aquí— Solté. —Si, lo es— Volví a verla a ella, quizá habiendo visto ya donde yo, ya que su vista estaba enfocada hacia mi.

Terminamos pidiendo, comiendo, y levantandonos a caminar un poco aquello en la terraza del restaurante.

— ¿No tienes frío? — Pregunté, ya que si yo me estaba helando, teniendo tantas cosas de ropa, ella con solo ese vestido no podía imaginarlo. Hizo una pequeña mueca de frío. Me quité el chaleco, poniéndome frente a ella, luego pasándolo por su espada y dejándolo puesto perfectamente.

La primera respuesta que esperaba era que lo acomodara un poco, pero en vez, terminó abrazándome, pegándose a mí y dejándome sin poderle ver el rostro. —Así está mejor— Escuché decir de ella.

Correspondí aquel abrazo. —No habría pensado que así terminaría mi noche del sábado— Reí un poco. — ¿Cómo pensabas que terminaría? — Sentí como me miró, acomodándose un poco. —Conmigo solo haciendo música por obligación— Respondí, viéndola.

— ¿Sabes por qué estaba nerviosa el día que nos conocimos? — Sacó de la nada. — ¿Por qué? — Pregunté curioso. —Se lo pensó un poco, negando después. —No te lo diré— Respondió cortantemente, aunque no planeaba quedarme con un no después de eso.

—Dimelo— Me acerqué más a ella, tanto en materia de rostros, como de cuerpos, apretando más el abrazo. —No lo diré— Sonrió juguetonamente. —No nos iremos hasta que lo digas— Seguí con aquello.

—Preferiría estar así toda la noche entonces— Siguió bromeando.

En algún punto en el cual me perdí, ambos, entre la tenue oscuridad y la privacidad de un otoño frío, nuestras miradas empezaban a ser peligrosas.

Aunque ninguno podría realmente perder algo, a lo sumo, ganar.

—Creo que no lo diré— Dijo ajeno a lo de antes. Pero soltó sus brazos de mi torso, tomando mis mejillas, besándome. —No con palabras… — Dijo luego de aquel cálido beso.

Aureum - Jihyo & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora