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Un fuerte rayo de sol molestaba mi paz en el mundo de los sueños, sintiéndose muy extraño todo, me senté en donde estaba, abriendo los ojos y dándome cuenta de que no estaba en mi habitación, tampoco en el hotel.

Una mirada más me bastó para ver cómo estaba en una cama, y Jeongyeon y Jihyo durmiendo en pequeñas colchonetas a los lados.

Me moví un poco, queriendo levantarme a al menos verme la cara en un baño, pero inmediatamente Jeongyeon se levantó al escucharme. — ¿Estás mejor ya? — Preguntó, sin saber siquiera yo en qué estado estaba, solo asentí.

Despertó a Jihyo, haciendo la misma pregunta está y yo haciendo lo mismo.

Luego de eso, parecía haberse sentido realizada, apoyando su cabeza en la cama, mirándome, aunado a la luz solar coloreando su cabello y la situación en la que me encontraba, solo hacia que quisiera llorar, ya no por como estaba constituida mi vida, si no porque sabía que me había enamorado y no iba a acabar bien de ninguna forma.

Un gran dolor de cabeza empezó a invadirme, quizá de tanto pensar, quizá de tanto llorar, yendo al baño a ver la trágica escena que era mi rostro después de tanto caos.

Lavé mi cara, luego, dejando mi cuerpo caer en el baño, sentándome, reflexionando.

No me podía enamorar de alguien que simplemente se preocupara y fuera linda persona conmigo. Me negaba a limitarme a algo tan patético y cliché.

— ¿TN? — Preguntó Jihyo del otro lado de la puerta. No podía dejar que simplemente me dejara sin aliento con solo decir mi nombre. Me levanté, abriendo rápidamente, y saliendo.

Pero no me había percatado de algo, estaba el dormitorio de todas ellas, viéndome como estaban desayunando, quitando a las dos que supuse, estarían cuidandome en la noche.

Miré a Jihyo, estando algo preocupada en su mirada. — ¿Quieres algo de comer? — Preguntó, acercándose, retrocediendo un paso yo.

Por primera vez no me obligaba, por primera vez dejaba de lado esa superioridad, dando un fuerte golpe a mí vista sobre ella.

—Puedes tomarte tu tiempo, estaré aquí para ti, Jeongyeon también, cualquiera de las nueve lo estará si nos necesitas— Explicó, al notar que había retrocedido.

Asentí, metiéndome una vez más en la habitación, sin quererle ver la cara.

Si bien, querían sacar del agujero en el que había caído, lo lograron, pero ahora estaba orbitando el sol que era Jihyo.

Y estaba atrapado allí, con todas ellas, sin mi celular, sin mi auto, a total merced.

Segundos de pensar aquello, entró con una bandeja y un desayuno. —No sabían que te gustaba, así que hicieron algo más occidental— Sonrió, dejando la bandeja cerca de mi, quedando con su vista en mi rostro.

—Estás muy rojo… — Acercó su mano. — ¿No estabas llorando otra vez? — Preguntó, acercándose ella aún más. Negué levemente. Ella se echó para atrás, pensando sobre aquello.

Yo sabía más o menos el porqué de aquello, aunque no quería indagar mucho en mis pensamientos, lo único que le pedía al universo era un poco de piedad, o siquiera borrar mi existencia.

—Quizá sea demasiado decir esto a este punto— Quitó su vista de mi, viendo a sus pies, sentándose en la cama. —Pero prefiero que vivas una vida conmigo a que todo esto haga que no quieras vivir más— Me miró después.

—Se que no pedirás ayuda incluso si estás muriendo, pero déjame estar ahí, ser tú… — Paró para pensar.

— ¿Refugio? — Dijo, no sonando tan convencida. —Quizá suena muy fantasioso y cursi— Hizo un pequeño gesto de no ser lo correcto. —Puede que no haga todo mejor, pero puedo intentarlo— Tomó mi mano.

Aureum - Jihyo & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora