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-Quiero odiarte- Dije seriamente, haciendo que se volteara. -Creo que es algo que te mereces- Añadí.

-No entiendo porqué aun no pasa- Terminé.

-Si quieres que te evite en cualquier sitio que nos veamos, lo haré- Propuso. -Ya lo estábamos haciendo así- Volví a ponernos en la realidad.

- ¿Qué quieres que haga? - Preguntó. -No lo sé- Bajé la vista, siendo sincero. -Tú eres el problema pero no se qué hacer- Fuí sincero.

-Desde que empecé a ser idol solo he tenido problemas- Miré por mi. -Yo lo arruiné, no me quites la culpa en esto- Sonaba ahora como la Jihyo que verdaderamente conocía.

-Debería dejar de hacer promesas que no puedo cumplir... - Hizo referencia a aquello de lo que más me había marcado.

-No pensaba que incluso cortarías lazos con todos los cercanos a mi, creo que solo te engañas a ti mismo- Escuché como se le quebró la voz.

-De verdad me odias- Había estado mirándola de la cintura para abajo, aquello solo me hizo voltear un poco.

-Todo esto no hubiera pasado si hubiera sido más sincera- Su respiración pasó a ser más erratica.

-No debería de haberte menospreciado por ser menor que yo- Pese a que su respiración volvía a ser más normal, era más que obvio su estado actual.

-Si Boyoung no tiene problemas con ello... - Aspiró debido a su falta de aire.

-Jihyo- Tomé fuerzas, diciendo con algo más de autoridad su nombre.

-Debería haberte dado todo lo que merecías en ese momento... - Había empezado a descontrolarse, ignorándome, obligándome a levantarme y poner mis manos en sus hombros, viéndome con aquella mirada de dolor que nunca llegué a conocer de ella.

-Ve al baño, tranquilízate- Ordené, viéndome nuevamente. -Y luego terminemos tus canciones- Indiqué, obedeciendo ella.

Una vez se había ido, como por arte de magia, quisiera o no, mis lágrimas empezaron a salir.

Aquello que dijo no era más que algo obvio para mi, más que romper un espejo, era solo ir rompiendo cristales.

El problema es que esos cristales eran muy importantes y porque existan no significa que sean para romperse.

Por suerte, ambos nos dimos un buen tiempo para llorar, ella tardando más por quitarse el maquillaje que llevaba, el no llevar ninguno yo tenia sus ventajas.

- ¿No vas a renunciar? - Preguntó una vez se volvió a sentar. Negué yo. -Puede que muchos productores hagan buenos trabajos, pero no son yo- Me di un poco de crédito.

-Tampoco hice tantas canciones solo para renunciar ahora- Me recosté en la silla.

Aureum - Jihyo & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora