—Creo que terminé por hacer una canción un poco más deprimente que la realidad— Escuchó el como quedó su versión alfa de aquella composición. —No, se ajusta mucho a mi realidad— Solté mirando la pista de audio con todos sus agregados corriendo.—Estoy algo mal en este momento y quizá eso me sesgue, pero en un par de horas o días voy a volver a mi estado de productor y la haré mía— Me eché hacia adelante para guardar el proyecto, estando Rosé de por medio.
—Es curioso como aunque estés muy mal no lo aparentas en el rostro— Escuché a mis espaldas. —Lloro solo— Respondí sin inmutarme ante lo que hacía.
—Es una cosa de antes de la fama— Me recosté otra vez en la silla. —Por suerte cuando estoy mal en público solo tengo esta cara, es casi imposible que llore aunque quiera— Suspiré.
—Aprendes bien de la fama— Me miró incrédula. —No es tan necesario vivir las cosas para saberlo de antes— Respondí yo.
—Aprendí la gran mayoría de estas cosas por internet— Señalé con las manos el estudio. —Solo me reforzaron en el entrenamiento— Indiqué.
—Nadie te enseña sobre estas cosas— Se indicó así misma, luego la computadora, dejando claro el qué. —Funciono por improvisación, aunque suene raro o ilógico que alguien cree una canción sobre la marcha o deje correr una historia por si sola— Me levanté, empezando a estirarme, puesto que llevábamos un par de horas sentados.
—Tienes mi número, pero no yo el tuyo, envíame un mensaje para tenerlo si necesito algún arreglo, lo demás se encargarán los agentes de ambos— Ella se levantó de la misma manera.
— ¿Realmente estás mal aún? — Me miró, pensando que ya se me había pasado todo. Negué con la cabeza. —Estaré bien en un par de horas o días— Volví a aclarar. —No significa que no piense racionalmente— Salimos del estudio.
—No se si soy la persona más indicada en este momento… — Se frenó, haciendo que volteara a verla. —Pero si necesitas ayuda o alguien para hablar aquí estoy— Indicó. Sonreí simplemente. Miré la hora. — ¿Hoy es sábado no? — Pregunté, a lo que ella asintió.
—Lo tendré mucho en cuenta, el tiempo de ambos vale oro casi literalmente— Pasé a ver la sala. —Pero te vas a sorprender quien ya tiene ese puesto permanente— Sentí como ahora ambos estábamos mirando al mismo punto.
La puerta empezó a sonar con sus respectivos números del pin, luego abriéndose.
— ¡Mi mamá te hizo bibimbap! — Escuché como gritó recién entrando, importandole absolutamente poco si tenía invitados o si de por si yo estaba en casa.
Seguí caminando, yendo Rosé por detrás de mi. —Hoy viniste algo tarde— Indiqué. —El tráfico está horrendo hoy, me iré tarde para evitarlo, prefiero estar… — Vió a Rosé pasar a mi lado. —Aquí… — Terminó su oración.
—No sabía que había alguien— Indicó. —No sueles traer a nadie nunca, solo tu hermana— Mentalmente reí por aquello, y podía sentir un poco la vergüenza de Rosé por ser mencionada la razón de estar ella alli.
ESTÁS LEYENDO
Aureum - Jihyo & Tú.
FanfictionNo todo lo que brilla siempre es oro... aveces suele ser incluso mejor.