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— ¿No estás cansado? — Preguntó mi hermana. Me dejé caer. — ¿Tú no? — Cuestioné para ambos. Asintió focalmente.

—Te lo advertí, la música no es una carrera muy buena realmente— Cerré los ojos. —Pensaba que Rosé estaba loca… — Pensó en voz alta.

—De hecho es de las más cuerdas que he conocido sobre esto— Respondí, iniciando un tema allí.

—No suelo hablar de mis problemas con nadie, principalmente porque últimamente tú los ves en primera fila, pero es raro encontrar a alguien sano mentalmente aquí— Me tiré un pañuelo negro en la frente, cortando aún más la luz solar que podría haberse colado en las ventanas polarizadas de la van.

—Si no fuera por mi contrato que ni yo puedo cortar, me habría retirado— Suspiré. — ¿No lo habías cambiado? — Cuestionó, al final ingresando a mi compañía propia, con un contrato humanamente decente.

—Cuando lo firme se blindaron demasiado, solo pude aligerar todo— Expliqué, cosa que ella no sabía.

— ¿Te sientes bien después de seis meses? — Le pregunté en tono de burla.

— ¿No deberías hacer algo con tu vida? — Me regañó, haciéndome reír. —Llevas estos seis meses como un robot, solo trabajas, pensaba que regresarías con esas canciones que me mostraste la última vez—  Añadió.

—Todos pueden esperar— Dije sin añadirle más importancia. —Tú no— Respondió rápidamente. —No te engañes a ti mismo, quieres que Jihyo se preocupe por ti— Empezó.

— ¿Por qué estarías deprimido si no es por ella? — Dió su primer punto. —Te lo dije, ella no hará nada hasta que no veas que la superaste— Me empujó un poco.

—Cambiaste el código de la cerradura, pero ella solo te deja las cosas en el primer piso— Aclaró.

— ¿Qué hago? — Cuestioné en un tono algo irritado. — ¿Salgo con la primera que se me cruce para generar un escándalo y que me preste atención? — Insinué.

Confirmo aquello, haciéndome reír. —Quizá no así de literal o directamente, quizá solo deberías abrirte a conocer a nuevas personas— Cambió la idea de aquello.

— ¿No te encantaban los dramas coreanos? — Sentí como se recostó igual que yo. No respondí, aunque ella sabía bien la respuesta. —Sal con una de tus actrices favoritas— Ordenó, sonandome muy fantasioso y ridículo.

— ¿Quieres que salga con una mujer de treinta y tres? — Pregunté, para hacerla entender. —Intentalo— Dijo sin importarle nada.

Me quité aquel pañuelo, pasándola a ver raro. —Quiero vivir en ese mundo de fantasías en el que vives tu— Volví a lo mismo de antes.

—Nunca lo sabrás si no lo intentas— Añadió, ignorando aún la realidad. —Una cosa es ser optimista y otra ignorar la realidad— Le recordé.

— ¿En qué realidad me veías con Rosé? — Cuestionó, ganando un punto a su favor.

Aureum - Jihyo & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora