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—Buenos días— Respondí a la llamada, pero estando más dormido que despierto. — ¿Es el señor TA TN? — Preguntó del otro lado. Asentí, después de un segundo recordé que era una llamada.

—Si, ese es mi nombre— Aclaré. —Llamamos para avisarle que fué aceptado en nuestra compañía como un aprendiz— Respondió aquella persona. Paré un segundo demás para pensar.

—Disculpe… — Me sentía hasta tonto con lo que iba a preguntar. — ¿Cuál compañía es? — Finalmente pregunté.

—Fantagio Entertainment— Respondió fríamente. —Oh… gracias— Colgué yo, me di vuelta, viendo al techo.

— ¿Fantagio? — Dije a la nada. —Fantagio… — Susurré pese a seguir estando solo. La vida quizá fué la que me dió un golpe de realidad, entrando en razón de aquello.

— ¡Fantagio! — Me levanté de golpe.

Y unas dos horas después, ya estaba frente a la fachada de aquella bonita compañía.

Y a mí lado, tanto Lily como Haewon. — ¿Tú por qué estás aquí? — Le pregunté a la más pequeña de los tres. —Nos dijiste a ambas, ¿Por qué no vendría? — Respondió rápidamente.

—Pensé que estarías ocupada con algo hoy— Seguí. —Suelo estar libre— Se volteó, mirándome a mí. —Habría pensado que alguien con tantas cualidades como tú no descansaría nunca— Me volteé igualmente, empezando a parecer una pelea.

—Ya tenemos un debut asegurado, tienes suerte de verme casi a diario— Se acercó un poco. — ¿Suerte? — Sonreí falsamente, además de con incredulidad. —Si, mucha suerte— Me señaló.

— ¿Quieren dejar de pelear como casados luego de veinte años? — Se metió en medio Lily y nos empujó en direcciones contrarias. —Hay perros y gatos que se llevan mejor que ustedes dos— Regañó.

—Ella empezó— Señalé a Haewon. — ¿Yo? — Me miró incrédula. —Si, tú— A propósito le hable tal cual se me habla a un niño pequeño.

—Estás muerto— Empezó a caminar con un fuego asesino. Tanto Lily como yo cruzamos miradas rápidamente, sabiendo que tenía que correr.

Y eso empecé a hacer, por suerte midiendo mucho más que ella y costandome menos escapar.

Cuando ambos pudimos al menos respirar, notamos como depronto había mucha gente a los alrededores, miré hacia atrás, a la entrada, saliendo dos hombres medianamente fornidos y altos.

—No pueden estar aquí— Me dijo uno. —Espera un momento— Lo detuvo el otro. —Es el nuevo aprendiz— Le indicó, sorprendiéndose. — ¿Hice algo malo? — Pregunté con miedo. Ambos negaron. Me indicaron que caminara con ellos, a lo que casi se llevan por delante a las otras dos, pero salvándose por mi.

Aureum - Jihyo & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora