07. Me dejó tocarlo (Sale terrible)

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Primero que nada, buenas tardes.

Segundo, espero les guste este capítulo <3 lo hice con mucha "calma" para ustedes.

Tercero, hetero el que no comente :b

💚💗💙

Ramiro.

Hay gente que quiere criticar mi estilo de vida, que lo hagan, me tienen envidia.

Nunca he sido la persona más humilde del mundo, tampoco el más considerado, la mitad de las personas creen que soy un cretino por la primera impresión que tienen. Tienen razón.

Por mi parte, siento que solo estoy muy acostumbrado a que me traten como un rey a dónde vaya.

—Ordené tu cuarto, tenías mucho polvo debajo del teclado, había una araña —mi madre sostiene mi rostro entre sus manos—. Eres alérgico a las arañas, cariño.

—Voy a estar bien mamá.

—¿Tienes sueño? ¿Tienes hambre? Te hice una tarta de chocolate, la tuve que proteger de Rodrigo porque se lo quiso comer.

No tengo hambre, pero si es por joder a mi hermano mayor, siempre tengo hambre.

—Voy a querer un trozo.

—¿Viste con quién vino? —Rodrigo se mete en la conversación—. ese delincuente, a las una de la mañana y borracho ¡¿No le vas a decir nada?!

—¡Rodrigo! —exclama mi madre—. no grites, vas a molestar a tu hermanito.

—¡Tiene dieciocho años, joder! —se acerca a mi mesa, mientras tengo la punta de la tarta en la boca—. Aléjate de ese tipo, nos llevamos mal.

Suena a que me voy a casar con Salem entonces.

—Yo no escojo tus amigos, Rodri —trago el chocolate, se mantiene parado a un lado con una mirada severa, tardo más en responder aproposito—. al menos los míos no me quieren solo por mi dinero.

—Por favor, ¿De dónde lo conoces siquiera? ¿Sabes qué hace por las noches?

Ay, estoy muy mareado para esta conversación.

—No, no me meto en la vida de los demás, duh —tomo mi plato—. déjame en paz, buenas noches.

—Pues yo ví al señor Henko cómo un buen muchacho, educado, de buen porte —comenta mi madre desde el final del pasillo—. no juzgues a las personas por como se ven, Rodrigo.

—No es por eso, es porque participa en carreras ilegales con criminales y en peleas callejeras.

—¿Y tú cómo sabes? —indaga enfadada, cruza los brazos sobre su pecho.

A mi hermano se le va la valentía del cuerpo, lo veo tragar saliva y rodar los ojos hacia mí.

—Rumores madre, ya bye. Buenas noches.

Estallo en una carcajada, mi madre cómplice de mis maldades sonríe y guiña un ojo antes de entrar al cuarto cuando él se va.

—¡Descansa! —grito cuando ella cierra la puerta de su habitación, se escucha el quejido de Rodrigo desde el comedor.

Suspiro, mañana es el día libre de mi chófer así que cancelé el plan que tenía con Lubana.

Llego a mi cuarto arrastrando mis pies, apago las luces cuando unos dedos fríos en mi cuello me hacen saltar de la cama del susto hasta el interruptor.

Luego recuerdo la maldición, me siento un poco tonto y me echo a dormir. Me duele la cabeza.

Al levantarme siento su cuerpo por completo, despierta antes que yo por lo que empieza a moverse en la cama, se quita el cabello de encima de la cara. Debe tener el cabello largo.

Siénteme pero no me sueltesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora