¿Para qué estamos en este mundo, si no es para sentir con pasión cada amor que nos toque vivir?
En el pequeño pueblo donde vivo hay una extraña leyenda que inventaron los vendedores de hilo rojo para contribuir al capitalismo, la odio, lastimosamente la recuerdo a la perfección. Va así: "Al cumplir dieciocho años, se te asigna un alma que fue separada de la tuya, donde hasta ser uno de vuelta sentirás lo mismo que él, solo un beso del amor verdadero romperá el hechizo".
Patrañas.
Esta mañana despierto como Dios me trajo al mundo: en contra de mi voluntad.
A primera hora de la mañana luego de recordar que empiezo la universidad solo tengo un deseo: Volver a dormir.
Sin embargo, arrojo el teléfono cuando suena la alarma, tengo el cuerpo empapado en sudor, mis piernas tiemblan sin motivo aparente tanto que salir de la cama se siente como un reto. El calor que experimento no es normal, estamos casi en otoño.
—¡Ramis, Ramis! —oigo la voz de mi mejor amiga, examino el cuarto buscándola entre las pilas ropas sucias del suelo—. ¡No te desconectaste de la llamada!
—Oh, hola —sonrío al tomar el teléfono, Lubana termina de abrocharse los botones del traje mientras yo sigo intentando enfocar mi mirada—. es que me quedé dormido apenas tocar la almohada, hoy me siento fatal. Estoy enfermo.
—Nada de enfermarse, ¡Es un día importante! —ella suena muy contenta por ello, tanto que se le cae el labial de las manos—. Dime ¿Cómo te sientes? Voy a estudiar medicina, algo de médico ya tendré.
—Luba, lo único que tienes de médico es la letra —bostezo—. además llevas dos semestres desde que dejaste veterinaria.
—Por eso mismo, puedo curarte. Cuéntame.
La resaca de ayer se me fue por completo, si no fuera por el olor a cigarrillo en mis prendas lo hubiera olvidado. Le escribo a mi chofer que pase a buscarla a su residencia privada antes que a mí para que vayamos juntos, dejo la llamada en altavoz fuera del baño mientras narro exageradamente mis pocos síntomas, asumiendo que es un resfriado.
Termino de quitarme el pijama cuando las primeras gotas de agua salpican mi cara. Entro con los ojos cerrados bajo el caliente chorro, todo va bien en mi rutina hasta que siento una mano grande y pesada recorrerme la espalda.
Se dirige al cuello, tengo un cosquilleo como nunca antes nadie me lo había provocado en mi vida, es tan real que salgo de la ducha a comprobar que no hubiera nadie irrumpiendo en mi baño. El tacto invisible se pasa a mi hombro, la sensación extraña de hace unos momentos se asocia con esta, tieso en una esquina termino de unir un par cabos sobre qué me ocurre.
Me preocupa que se perciba tan real en la piel, al punto en el que cuando baja su mano por mi abdomen me tapo la boca para no gritar del susto.
Sus dedos se hunden con suavidad aunque no causa ningún efecto que pueda apreciar a la vista, levanto el rostro hacia el espejo, mis mejillas rojas revelan lo necesario. Sin secarme, salgo a mi cuarto aún con un poco de jabón encima a pedir ayuda porque o me volví loco, o...
—Lu —trato de llamarla, aunque pierdo la voz—. esto no puede estar pasando, no a mí ¡Por amor a Jesucristo!
—¡No menciones a señores con pelo largo que me emociono! —bromea, espera un tiempo mi reacción a su asombroso chiste pero estoy muerto por dentro de la incertidumbre, apenas puedo hablar—. ¡¿Estás bien?! Tenemos media hora para ir al campus, no me asustes.
—Luba —farfullo—. voy a decirte algo, por favor no me llames loco. Ahora mismo estoy sintiendo que me están tocando.
—¿Tan temprano en la mañana? Creí que ya superamos esta etapa, tu ultima ruptura te tiene mal, eh. Es que ¿Qué te dije de los escorpio?
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Siénteme pero no me sueltes
أدب المراهقينTener las manos del chico más atractivo de la universidad sobre ti sin ser gay solo puede ser peor de una forma: Que este sea tu alma gemela. *🌈* ¿Imaginas sentir el tacto de alguien más en tu propia piel? Ramiro no tiene que imaginarlo. Según la...