17. Cafeterías, nubes grises, días infelices (PT1)

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Primero que nada, feliz Gayday.

Segundo, tenía este capítulo entero pero para que se procese mejor, lo partí en el POV de cada uno. Así que tendremos un mini maratón esta semana de SPNMS.

But I leave the whole thing open
I just wanted you to know
I was never good at coping

Camden – Gracie Abrams

RAMIRO.

A finales de año aparecen nuevos negocios temporales, es bonito ver cómo empiezan a decorar las calles de rojo aunque falten semanas.

Me levanté una hora temprano sin razón aparente, jamás me vi como el tipo de persona que sale a correr en las mañanas sin embargo, quiero darme una oportunidad, ayuda a que no tenga que tener un desayuno incomodo. El clima es impredecible en especial en estas fechas, es por eso que hace menos de quince grados fuera y traigo un abrigo de crochet largo que voy a odiar a mediodía cuando la temperatura suba.

Me detengo en un café a por comida antes de caminar a la universidad, me llama la atención su cartel de promoción extraño que "te lee el futuro" con una galleta de la fortuna, no de buena manera, mas tengo curiosidad. Hay una larga fila enfrente mío que me hace dudar si debí haberme metido a estudiar Marketing en lugar de moda o si de verdad las personas aman tanto la magia.

Rompo la masa de mi galleta, el pequeño papel doblado de dentro cae al piso. Lo recojo rápido para no molestar a los demás, ya en la banqueta lo leo en lo que el viento lucha por robármelo.

"Lo que no decimos es aquello que nos frena".

—Otra razón para ser agnóstico —digo a mí mismo, aunque de forma hipócrita guardo el papel en mi bolsillo.

Al llegar el doble de temprano tengo la oportunidad de socializar con mis compañeras, nunca lo hice antes. O sí, pero tengo esta estúpida sensación de que les caeré mal o tendrán un efecto negativo cuando sé a la perfección que soy el problema al no hablarles, ser condescendiente y cerrado a los demás.

Respiro hondo, la sala del día está decorada con flores de cartulina por la pared entera mientras que las presentes se esfuerzan en cortar hilos de lana en círculos para hacer pompones. El sitio es espacioso, las sillas están colocadas en circulo, una especie de pedestal vacío llama la atención en medio.

En silencio me uno a su mesa de trabajo a ayudar con la ambientación, tampoco es que podamos conversar mucho si Taylor Swift suena desde varios teléfonos cantando diferentes canciones. Me acerco a preguntarle a una morena en la ventana si necesita ayuda para colgar las serpentinas porque no tengo ganas de quedarme parado sin participar luego de acabar de acomodar los papeles.

—Por favor —me ofrece un clavo—, nunca te había visto por cierto ¿Eres de intercambio? —sostengo la silla que usa para llegar al hueco de la pared.

—Llevo ya unos meses aquí.

—¿Ah, sí? Perdón, es que nunca presto atención por estar viendo streamers cuando explican —estira el brazo, le entrego el clavo de vuelta—. ¿Cómo te llamas?

—Ramiro. —respondo, no le pregunto lo mismo porque tiene su nombre bordado en los bolsillos de chaqueta de vaquero.

—Hm, lo tendré en mente si nos obligan a hacer algún trabajo en grupo.

—Pff, por suerte no ha pasado. Hay demasiada gente aquí como para organizarnos.

—Sí, sería un desastre —afirma—, en especial porque los profesores que nos tocaron no son del área, tenemos que hacer la mitad por nuestra cuenta y la otra mitad con el material.

Siénteme pero no me sueltesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora