36. El día

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«This love is alive back from the dead
These hands had to let it go free, and
This love came back to me
»

This Love - Taylor Swift 

RAMIRO.

La muerte no existe, mientras el amor que dimos en vida esté en los corazones de quienes quisimos, todos somos inmortales.

Y supongo que, en el corazón del otro, Salem y yo somos eternos.

El discurso parte de ese concepto, de varios conceptos. He de admitir que hago trampa, pienso en un amor propio cuando escribo sobre romances exteriores, en él cuando quiero retratar ciertos sentimientos, en lo que siento y lo transformo en un código secreto que solo dos personas puedan comprender. Como todos los escritos que he hecho en mi vida.

Me aclaro la garganta.

"Buenas tardes, damas y caballeros presentes, estamos aquí reunidos para celebrar el final de un gran recorrido...

En primera instancia, quiero agradecer a los novios por habernos hecho participes de su vida y la gran felicidad que nos embarga esta celebración. Cada uno de nosotros ha recorrido un largo camino para llegar aquí, y cada uno de nosotros ha servido de sendero hasta que William y Lubana pudieran encontrarse.

Salem toma el micrófono por mí. Acordamos que él hiciera las partes "menos serias" pero nunca practicamos ante las personas realmente. Esto podría salir mal.

—Esta boda no es solo para celebrar la unión de dos personas —anuncia Salem, me tapo la boca desde antes de tiempo—. También es para celebrar aquello que tuvieron que pasar, como que Ramiro le vomitara encima a William cuando intentó besarlo.

—¡Eso es mentira! —grita Will desde su asiento en primera línea.

—¡Tengo una foto que te delata! —contradice Salem—. En fin, no vinimos aquí a hablar de desgracias. Venimos a hablar de lo importante: Ser capaz de reconocer a la persona indicada cuando la tienes enfrente.

—Es muy complicado tener los ojos abiertos hoy en día, el arte de coincidir es todo un regalo —hablo antes de que empiecen a bromear—, pero el arte de quedarse es una virtud. Hay que tener valor para admitir que algo conmueve tu corazón, no desaprovechar las oportunidades que tienes de ser feliz es un reto y no hay nadie mejor que ellos para demostrarnos que es posible.

Salem me arroja una mirada instando a que continue, tengo la atención de todos los invitados. Solo se oye mi voz.

—Hay ciertos amores en donde las palabras se quedan cortas, hay veces donde solo tienes que dejar de lado los pensamientos y sentir. Cuando tengas a tu lado a la persona con la que quieras compartir el resto de tus días —lucho con todas mis fuerzas para no girarme a ver a Salem—. Lo sentirás dentro, podemos dar fe que ese es el tipo de lazo con comparten Will y Luba.

El discurso sigue hasta que tenemos casi media hora de solo nosotros, estallando de risa a mitad de cada párrafo por las ocurrencias de Salem, soltando nada disimulados suspiros en ciertas frases románticas.

Las luces colgantes en todos lados me ciegan cuando levanto la vista, evito ver a los ojos a nadie para no ponerme nervioso, me fijo en los arreglos florales. Hay una decoración preciosa de rosas blancas en cada mesa, el resto es bastante sencillo, no más que un mantel, cristales y copas.

Lubana escogió el vestido con el que tiene mayor movilidad, lo cual me alivia porque lleva carcajeándose tanto que casi se cae de la silla. William la tuvo que atajar.

Nuestras familias a un lado nos observan con cariño, pillo a Rodrigo compartir una larga conversación con la mamá de Salem. Mi padre se encuentra grabando al igual que Jesús.

Siénteme pero no me sueltesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora