XVII (17) - CAPÍTULO

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----THALÍA----

Veo a Alan acercarse a mí.

Llevo semanas intentando no cruzar palabras o miradas con él.

-Hola.- dice a mi lado.

-Hola.

-Felicidades.

-Gracias.

Evito mantener contacto visual con él. Es ese mínimo detalle el que hace que caiga nuevamente ante él y espere un cambio el cual sé que jamás va a llegar.

-¿Cómo has estado?.- rompe el silencio que comenzaba a ser incómodo.

-Bien.- le miro la mitad de un segundo.- Como siempre.

Alan asiente.

-Me alegro que todo vaya bien.

Asiento con la cabeza sintiendo el momento cada vez más incómodo.

-¿Estás enojada?.- pregunta tomando mi mano.

Quito mi mano de su agarre y por primera vez en semanas decido mirarle.

-No estoy enojada.

-¿Entonces qué te sucede?.

-Estoy cansada, Alan.

Su mirada baja hacia sus pies. Igual que siempre... no sabe que decir.

-Mejor me voy.- digo en voz baja y salgo del salón.

Camino hacia el gimnasio. Allí siempre hay silencio y más hoy que es el último día, solamente se viene entregar tareas atrasadas o a dar excusas no creíbles por esas tareas.

Llego al gimnasio y me adentro al baño de las chicas.

Tomo asiento detrás de los lockers, recuesto mi espalda en la pared y dejo salir parte de ese aire pesado que ha crecido en mí.

Juro que ya no sé que hacer en cuanto a la situación con Alan.

Tarde, pero comprendí que siempre fue un juego, nunca fue real, nunca quiso algo conmigo. Estando conmigo, diciendome lo mucho que le gustaba, lo mucho que quería pasar su tiempo conmigo, mirarme todos los días... Todo fue mentira, siempre.

-¡Thalía!.

Quedo en silencio.

-Vamos, sé que estás aquí, necesitamos hablar.- vuelve a decir Alan.

-Está bien, te buscaré entonces.- Vuelve a hablar.

Escucho sus pasos proceder y detenerse cada cierto tiempo.

Estoy al final del baño. Sentada en el suelo.

-Está bien, sé que no quieres hablar conmigo por ser un cobarde, un idiota más que nada.- dice en voz alta.- Es solo que no sé que hacer, no sé como hacerte feliz, tengo miefo de hacer las cosas mal contigo, miedo de no poder cambiar para ti, tú no mereces lo que soy.- Hace un silencio de pocos segundos.- miedo a perderte por ese fracaso. Solo... no quiero que sufras.

Trago saliva por lo que dice, respiro hondo, no quiero hablar con él, no puedo volver a lo mismo, a ese juego de te quiero para mí, pero no hago nada para tenerte, yo ya he dado todo de mí, absolutamente todo, Alan no merece un esfuerzo más.

-Thali, amor. Por favor, hablemos.

Solo vete Alan, todo está mejor así.

-No soy tan idiota como piensas, puedo arreglar las cosas.

Solo a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora