Solo a ti

XLV (45) - CAPÍTULO

----MATT----

'Me dejaste ir hace veinticuatro años con la esperanza de tener una nueva vida junto a Susan. Dos meses después me dí cuenta que estaba embaraza. ¿Qué haría? ¿Buscarte y esperar que me ayudaras con el embarazo? Sería como querer amarrarte a mí o al menos eso pensaba a esa edad. Esperé que me buscaras aunque sea para saber cómo estaba. Pero, jamás lo hiciste. Decidí no decir nada. ¿Para qué buscar a alguien que no se interesaba en mí?, ¿Haría infeliz a mi hija?. Ella crecería y te vería con otra persona ser feliz. Cuando me preguntara por qué no estaba con su padre tendría que dibujar un mundo perfecto en el cual no estaba viviendo. Preferí criarla sola junto a Esteban. Era su padrastro y murió hace dos años. Pero, ella siempre supo quien era su padre".

Éstas fueron las palabras exactas que me dijo Chrys al salir de casa luego de aquella confesión.

¿Quién se iba a imaginar que tendría una hija?.

Duele saber que pude haber compartido tiempo con aquella chica a la cual se me hará difícil llamar hija. Es hermosa y tiene un gran corazón. Puede que aquel inconveniente con Alina a sus cortas edades la haya dejado marcada. Pero, ahora no puedo dejar de pensar que juzgué a alguien que es sangre de mi sangre y quiera o no empezará a formar parte de mi vida.

Leah decidió conocernos a Axel y a mí más a fondo.

Recuerdo sus lágrimas al tomarla en un abrazo aquella noche.

'Esperé tanto esto, papá'. Mi corazón se unió al de ella en ese instante. Desde ese momento no he podido dejar de verla y velar por ella aunque no necesité nada.

Solo son dos meses los que han pasado desde aquel día y ya siento que es lo más hermoso que la vida me regaló aparte de Axel, Ian y... Susan.

-Siempre estás perdido en tus pensamientos.

Fijo mi atención en la chica de expresivos ojos.

-Solo pienso en que rápido pasa el tiempo.

Leah suspira y muestra una agradable sonrisa.

-¿Estás enamorado?.- Pregunta para después dar un sorbo a su café.

Que curiosa me ha salido la chica.

-No.

-No me mientas. Sí lo estás.

-La verdad es que estuve enamorado hace muchos años atrás. Fue antes de tu madre y...

-Es la madre de Aaron ¿No?.- Sonríe como si ha atinado a la respuesta.

Mantengo la vista en ella mientras arquea ambas cejas esperando una respuesta de mi parte.

-El ser curiosa no lo has heredado de mí.- Echo a reír.

-Solo responde.- sonríe.

-Sí, es de ella.

-¡Ja, lo sabía!.- Exclama en voz alta haciendo que giren a mirarnos. Estamos en mi cafetería favorita.

Niego con la cabeza.

Leah tiene aquella actitud infantil y madura a la vez. Es como tener a una chica de diecisiete años que intenta comportarse como adulta pero sigue emocionándose al ver helado en su nevera.

-Es que eres tan obvio.- suspira.- Hace dos semanas cuando iba a tu casa vi a Axel cruzar hacia donde Alina. Pero, como aún me siento mal por lo que pasó en la cena esperé en el auto a una distacia. Justo en ese momento saliste y mantuviste la mirada en aquella casa por largo rato. Cuando giré a mirar vi a Susan sentada en su auto poniéndose labial.