Solo a ti

XXXVII (37) - CAPÍTULO

----ALINA----

-¿Segura que no me veo tan mal?.

-No. Solo estás muy golpeado. Te han cocido la frente y la barbilla. Pero, no, no te ves tan mal.

-Juro que jamás había sentido tanto dolor en mi vida.

-Pues, caíste de las escaleras.

-Sí. Pero, aún no entiendo cómo.

Hago silencio recordando lo que me han dicho.

-Axel, quiero pedirte disculpas.

Gira a mirarme con expresión de dolor. Al menos ya puede abrir los dos ojos.

-¿Disculpas por qué?.

-Por mi culpa estás aquí.

-No, linda. Yo solo hice lo que debía. Debes disculparme tú por dejarte salir así de casa.

-No, hablo en serio. Golpeaste tu pecho y tu ritmo cardíaco se dificultó.

-Pero ya pasó. Ya estoy bien. Solo algo golpeado y adolorido. Nada que a la semana duela menos.

-Solo lo siento.- Digo por último.

Suspiro y recuesto la cabeza en la almohada.

No es culpa. Es tristeza al saber que alguien que quieres sufre por algo lo cual ocasionaste.

Decidí salir de su casa con aquella tormenta porque no quería decir algo de lo cual me iba a arrepentir. No faltaba mucho para que mis labios le expresaran cuanto lo extrañaban.

Necesito tanto abrazarlo y sentir aquel perfume que me invadía y acompañaba a diario. Quiero tenerlo conmigo, saber que cuento con él, poder probarlo cada minuto o segundo, sentir que estoy en el lugar correcto.

Las ganas de levantarme de ésta cama, abrazarle y decirle cuanto lo extraño son pocas. Solo quiero que esté bien.

-Hola, hola muchachos.- entra el doctor a la habitación.

-Hola.- respondo.

Axel intenta sonreír. Pero, con aquella expresión de dolor que lleva ha hecho todo menos eso.

-¿Te duele verdad?.- echa a reír el doctor.

-Horrores.

-¿Y tú como te sientes?.- muestra una agradable sonrisa.

-Estoy bien. Al menos mejor que Axel.

-Sí, en éste momento todos se ven y sienten mejor que yo. Hasta el llorón de tu novio.- Rueda los ojos. Eso si lo hace a la perfección.

Giro a mirarle poniendo mala cara.

El doctor echa a reír.

-Mi novio no es un llorón. Tú lo provocas.- le miro realmente mal.

-Sí, lo es. No recuerdas como se enojaba ayer porque le decía que era un sapo y tú me amabas.- aunq sonrisa de victoria ilumina su rostro.

-¡No es un sapo!.

-¿Y no me amas?.- arquea ambas cejas.

Ignoro por completo lo que dice.

-¡Ja! Ya lo sabia. Tu silencio lo dice todo.

Levanto la vista al doctor quien nos mira extrañado.

-¿Qué no son primos?.- pregunta.

-¿Le dijiste que somos primos?.- Axel echa a reír.